miércoles, 30 de enero de 2008

Barrer para casa

En Cataluña es bastante habitual oír en la calle aquello de "yo voto al que barre más para casa", en alusión a CiU. Quien esto afirma cree situarse de esta manera en una posición de astuto realismo superior. Pero yo me pregunto si barrer para casa es conseguir que cada vez más empresas prefieran instalarse en Madrid y no Barcelona, para evitarse las molestas intromisiones de la política lingüística. Me pregunto si barrer para casa es empeñarse en que todo lo catalán suscite una antipatía creciente en el resto de España, nuestro principal mercado. Si barrer para casa es tener que costear una burocracia autonómica siempre en aumento. Si barrer para casa es que el experimento lingüístico esté conduciendo a los peores índices de fracaso escolar de Europa, con consecuencias letales para la competitividad. Y si barrer para casa es la promulgación de un Estatuto socialista que limitará el crecimiento económico y nos hará más pobres a todos los catalanes.

Todo ello, desde luego, por limitarnos a la cuestión de la pela. Lo que hay que reconocer es que el éxito propagandístico del nacionalismo sólo es comparable al del socialismo. La mayoría de la gente cree que los nacionalistas son quienes mejor defienden la propia región, idea análoga a que los socialistas son quienes más defienden a los pobres. Igual que una patada en el estómago, claro. Pero lo esencial no son los resultados económicos del nacionalismo. José García Domínguez, en su blog compartido, ha rescatado una interesantísima entrevista a Josep Pla, el más grande escritor catalán del siglo XX. En ella el ampurdanés afirmaba que los catalanes siempre han sido españoles, pero que ahora (1976), hay quien quiere que dejen de serlo. Y apunta, sin desarrollarla, una interesante reflexión.


Cataluña, según Pla, ha sido uno de los países más democráticos (en el sentido de igualitario) de Europa. Carecía desde hacía siglos de una aristocracia de la tierra que hubiera modelado el carácter de las elites y del pueblo. Por eso el catalán -sentencia- es tan "grosero". Sin embargo, esa igualdad (aquí la reflexión ya es mía) no ha estado complementada por instituciones liberales. Las Cortes y los privilegios estamentales del Antiguo Régimen, a diferencia de lo ocurrido en el mundo anglosajón, no llegaron a evolucionar en ese sentido. Quizás podrían haberlo hecho, como muestra con magnífica erudición Víctor Ferro en El Dret Públic Català (1987). Éste es un libro que sirve para ilustrar de manera admirable la lucha entre el Estado y las instituciones tradicionales que con tan fina percepción nos han explicado Tocqueville y Bertrand de Jouvenel. Pero los ejercicios de ucronía son estériles. Lo cierto es que no hubo tal evolución. Y como también nos han enseñado estos autores, la igualdad puede ser una aliada formidable del poder. En un terreno perfectamente aplanado, el Estado encuentra menos obstáculos a su expansión. La unanimidad y la uniformidad trabajan en su favor.

El carácter aparentemente inamovible con el que el nacionalismo se ha instalado en el poder es un tema que merecería ser investigado en la dirección de estas meditaciones. Mientras tanto, me conformo con que la apelación al bolsillo de los catalanes se revele como lo que es: Un monumental engaño, destinado a encubrir que si es legítimo barrer para casa, nuestra casa siempre ha sido España.

martes, 29 de enero de 2008

Progreso al fin de la noche

El siglo XX ha estado dominado por ideologías que relativizan el bien y el mal. La conducta del individuo dejaba de ser consecuencia de su libre voluntad, según el paradigma judeocristiano, y se explicaba como algo determinado por las condiciones materiales de su existencia, por expresarlo con la terminología marxista. De ahí a afirmar que la violencia ejercida contra la burguesía es legítima no es que haya un paso, es que la conclusión resulta casi inevitable.

Existe otra línea paralela que –simplificando– va de Nietzsche a Spengler y de éste al nacional-socialismo, que aunque por otros caminos, parte del mismo principio de cuestionar la universalidad y la intemporalidad de los conceptos del bien y del mal, para llegar a las mismas consecuencias atroces. Pero las formulaciones que han tenido más influencia han sido las de la izquierda supuestamente ilustrada.

Aún hoy sufrimos esa influencia, y no está claro que vaya a remitir. La justificación de origen marxista de la violencia subyace de manera asombrosa en nuestros códigos penales, en los que el delincuente es considerado como una víctima de la sociedad, más que un sujeto peligroso del que deba ser protegida. Desde el momento en que abandonamos la concepción del individuo que libremente opta por el bien o el mal, y explicamos todo acto por sus circunstancias, el ánimo moralista es desplazado por el ánimo compasivo. Lo cual, paradójicamente, se interpreta como un progreso moral.

Naturalmente, si somos tan comprensivos con los criminales, cómo no vamos a serlo con aquellas personas bienintencionadas que padecen adversidades de la naturaleza que sean. La compasión deviene universal, porque la vida consiste en gran medida en dificultades, pero se niega puerilmente a aceptarlo. Se pretende ahorrar al ser humano, ya desde su infancia, el esfuerzo y la disciplina en los que desde los orígenes de la civilización se basó la transmisión del conocimiento. Aprender tiene que ser algo “divertido”, aunque para ello se sacrifiquen incluso los contenidos. Pero también al adulto se le quiere librar de toda fatiga. La política socialdemócrata tiene por objetivo acabar con las desigualdades, ignorando deliberadamente aquellas que puedan tener su origen en el mérito individual. Para ello se obliga a los elementos más productivos y emprendedores de la sociedad (básicamente las clases medias) a financiar un costoso programa de prestaciones y subvenciones sociales, que favorecen a quienes menos trabajan, sin diferenciar a los que verdaderamente son víctimas (discapacitados, etc) de los que sencillamente se aprovechan cínicamente de este sistema. Es significativo que la defensa de colectivos verdaderamente merecedores de ayuda como los aludidos adopte con tanta frecuencia un tono reivindicativo, de “denuncia”, como si sólo fuera un capítulo más de la lucha contra el sufrimiento, cuando en realidad es el único moralmente aceptable. Pero el folklore progresista lo asimila para adornar la desvergüenza de otro tipo de reivindicaciones.

Elevar la compasión indiscriminada a virtud máxima, equivale a postular que pueden existir derechos sin deberes, a relegar la responsabilidad individual y a favorecer un tipo humano que es lo más parecido a un niño malcriado que cree que tiene derecho a todo, sin contrapartidas. Las exigencias no censan de aumentar, y adoptan un tono cada vez más insolente. La autoridad (en su noble sentido etimológico) deja de respetarse, se incrementan los casos de profesores y de médicos agredidos por alumnos, sus padres o por pacientes y usuarios. Se llega así a confundir la libertad, que consiste en asumir la responsabilidad por las consecuencias de los propios actos, con la búsqueda de la mera satisfacción.

Una sociedad así está madura para el zapaterismo. Éste consiste en llevar al paroxismo las tendencias aquí descritas. En lugar de frenar el deterioro de toda autoridad (que al contrario de lo que se cree, es un dique protector contra el despotismo) se trabaja para socavar la poca que les queda a los propios padres sobre sus hijos. Se dialoga con los criminales, como si el problema no derivara de sus libres decisiones, sino de una supuesta incomprensión mutua. La compasión universal desemboca en la búsqueda de la paz a cualquier precio, es decir, a desarmarnos ante quienes precisamente ven en nuestra debilidad la justificación de sus pretensiones de dominio. Todo ello procede de ese nefasto relativismo.

Curiosamente, Spengler, el autor de La decadencia de Occidente, que ni siquiera creía en una matemática universal (probable precedente de la “matemática aria” del régimen nazi), comprendió que el relativismo pertenecía a la fase decadente de las civilizaciones. Pero imbuido de su fatalismo, creyó inútil oponerse a él. Lo que no sé es si el pensador alemán imaginó que en un futuro existirían gobernantes que a la decadencia la llamarían progreso.

viernes, 25 de enero de 2008

Sobre el creacionismo

La diferencia fundamental entre los Estados Unidos y Europa es que en los primeros existe una sociedad civil poderosa, organizada y sin complejos frente a las elites políticas y culturales, mientras que en Europa, al margen del establishment político, académico y mediático es difícil promover iniciativas que no sean tachadas como populistas o incluso antidemocráticas. Bruce Bawer, en su genial libro Mientras Europa duerme, lo explica de manera insuperable.

Un ejemplo habitual de esto es la diferente actitud frente a la seguridad en una u otra orilla del Atlántico. Mientras los norteamericanos defienden con pasión su derecho a portar armas de fuego, en Europa, cuando las tasas de delincuencia en una determinada zona residencial, ante la ineficacia policial, alcanzan niveles insoportables, basta que los ciudadanos se organicen en patrullas defensivas para que se disparen todas las alarmas, y –entonces sí– la policía se vea obligada a intervenir. La aversión casi unánime de los políticos y su coro mediático a que la sociedad civil descubra que puede valerse por sí misma, por mucho que se encubra con impertinentes lecciones de exquisito garantismo, no puede ser más patente.

Por supuesto, el desparpajo de la sociedad civil frente a la elite intelectual tiene también algún inconveniente. Uno de ellos es el fenómeno del creacionismo, una teoría seudocientífica basada en el relato bíblico de la Creación, para la que algunos defienden la misma consideración en la enseñanza que la teoría evolucionista. En España, donde el antiamericanismo es casi un atributo nacional, nos gusta sin embargo importar lo peor de la odiada superpotencia, mientras nos mofamos de aquello que deberíamos imitar, que no es poco. Es así como estos días se ha organizado una serie de conferencias bajo el título de “Lo que Darwin no sabía”, a las que ya se refirió –mostrando su apoyo- el blog de Manchego hace poco. En Tabula Rasa se ha producido un interesante debate sobre si el veto de dos universidades, las de León y Vigo, a que se pronunciaran en ellas algunas de las conferencias, se puede considerar un atentado contra la libertad de expresión.

Mi opinión, coincidente con Eduardo, es que una universidad es libre de elegir los conferenciantes que acoge, por lo que hablar aquí de censura me parece caer en un victimismo injustificado. Otra cuestión es si los padres tienen derecho a que sus hijos sean educados en estas teorías. El blog Diarios de las Estrellas, en la entrada Que aprendan creacionismo, argumentaba inteligentemente a favor de ese derecho, desde su posición inequivocamente escéptica hacia doctrinas tan disparatadas. Nada que objetar. Que aprenda creacionismo quien quiera. Pero eso sí, no nos dejemos colar el gol de darle estatus científico a doctrinas que no lo merecen. Este no es otro caso análogo al del cambio climático, donde efectivamente muchos científicos serios disienten de la tesis antropogénica “oficial”. Y sobre todo, defender el creacionismo es algo por completo distinto de defender el derecho a su difusión, es simplemente un descomunal paso atrás del pensamiento, que se volverá contra quien incurra en él. Hay mil maneras infinitamente más fundadas de epatar a los progres.

miércoles, 23 de enero de 2008

Second Edition

Durante el cambio de servidor de Red Liberal, mis cuatro últimas entradas no se han publicado. Resuelto el problema, las enlazo aquí, de más antigua a más reciente. Son:

· Para enmarcar”, acerca de una frase de Manuel Pizarro.

· Por qué votaré contra Zapatero”, de contenido obvio.

· Un domingo cualquiera”, diseccionando El País del pasado domingo, con especial detenimiento en un artículo, o más bien vómito, de Javier Marías.

· Cataluña ya está dividida”, sobre la reacción de los nacionalistas a la propuesta de Rajoy de garantizar los derechos lingüísticos en toda España.

Bueno, ya tenéis un buen rato de lectura.

lunes, 21 de enero de 2008

Cataluña ya está dividida

Tras la propuesta de Rajoy de acabar por ley con la inmersión lingüística obligatoria, el conseller de Educación catalán, Ernest Maragall, ha emitido el mantra de rigor en estos casos: Que el permitir elegir a los padres la lengua en las que se imparte la enseñanza de sus hijos, es "dividir a los catalanes". Pero es exactamente al revés. Lo que divide a los catalanes es imponer el catalán como lengua vehicular a todos, colocando en desventaja a aquellos que no la tienen como lengua materna. En cambio, en un sistema en el que los catalanoparlantes estudiaran el castellano como una asignatura más, y los castellanoparlantes el catalán, pero cada individuo pudiera recibir, si así lo deseara, el resto de las materias de estudio en la lengua en la que pudiera ofrecer el máximo rendimiento, quizás conseguiríamos que Cataluña abandonase los primeros puestos de Europa en fracaso escolar, y ello sin renunciar a que el conocimiento mínimo de las dos lenguas oficiales fuera universal.

La comparación con Estados Unidos, donde muchos defienden, no sin parte de razón, el monolingüismo frente al pujante español, no es adecuada, salvo quizás en los Estados más hispanizados, como Miami. Porque si como defiende Judith Rich Harris en El mito de la educación, los niños aprenden el idioma, entre otras cosas, principalmente de sus compañeros de edad, en Cataluña lo que ocurre es que nuestros hijos jamás encuentran ni en la calle ni en el patio de recreo esa inmersión que tanto anhelan extender a todos los ámbitos los fanáticos nacionalistas, y que además no podrán imponer jamás -al menos por medios respetuosos con la libertad individual. Los italianos, alemanes, polacos, asiáticos que emigraron masivamente a Estados Unidos, se convirtieron todos ellos en angloparlantes en la primera o segunda generación, gracias al hecho de que no oían prácticamente otro idioma en las calles, escuelas, puestos de trabajo, etc. Es obvio que esta situación no se da en Cataluña, salvo quizás en los núcleos de población rural más pequeños.

Podríamos discutir sobre las ventajas prácticas del monolingüismo, que sin duda las tiene, pero en una sociedad liberal no se puede imponer desde arriba una situación que afecta a todos los aspectos de la vida cotidiana, como tampoco se puede imponer una religión única. Pienso además que en Estados Unidos, lo importante no fue tanto la lengua como los valores de responsabilidad individual, trabajo duro y democracia que asimilaron los inmigrantes. En Cataluña, fuera del pa amb tomàquet y un cierto culto reverencial por la pela, carecemos de unos valores específicos que nos distingan del resto de España y de Europa. La lengua no es más que un instrumento de comunicación, que no nos separa, salvo si una quiere imponerse sobre la otra. Por eso los que sueñan con la independencia de Cataluña, desde los que adoptan maneras más moderadas hasta los más radicales, ven en la política lingüística el principal instrumento para lograrla. Los más inteligentes, e implacables, son conscientes de que eso sólo puede hacerse a costa de restringir las libertades individuales. Los más ilusos (sí, me refiero a CiU, por si no se acaba de notar), no quieren darse cuenta de que en una Cataluña independiente, los primeros en sufrir las consecuencias de haber colaborado con gente sin escrúpulos serían los mencheviques. O sea, ellos.

Un domingo cualquiera

El País de ayer domingo tenía dos temas estrellas: Gallardón y la Iglesia.


El asunto G

Si el alcalde de Madrid hubiera ido como número dos de Mariano Rajoy, habríamos leído y oído hasta la saciedad que éste es un líder débil, que no sobrevivirá políticamente a una derrota electoral, sino que será sucedido por Gallardón etc. En cambio, Rajoy impone su autoridad y entonces resulta que también es un líder débil, que cede a las presiones del Gran Satán de las mañanas radiofónicas etc. Por si hubiera alguna duda, nos ofrecen una encuesta ("sondeo flash", lo llaman), según la cual, G es el político de los dos grandes partidos más valorado por los españoles (!!). Y ello a pesar de que la mayoría (48 %) cree que "ha actuado movido por sus ambiciones personales", no por el interés de España, o siquiera el de su partido.

El mismo estudio llega a la conclusión de que el PSOE adelanta en ocho puntos al PP, en función de un "cálculo de Metroscopia basado en la intención directa de voto más simpatía". O sea, dicho en cristiano, en función de una manipulación de los datos para conseguir un resultado acorde con la simpatía... del cliente.

Pero el que resulta francamente revelador es el artículo de Manuel Vicent. En él se muestra claramente lo que de verdad piensa la izquierda de G, un tipo "capaz de defender intereses muy conservadores e incluso reaccionarios con las formas más suaves e inapelables de la democracia". Dicho de otro modo, que si el alcalde fuera el dirigente del Partido Popular en lugar de Rajoy, lo machacarían con la misma saña. Pero como ahora les conviene sembrar la división y cuestionar al actual líder, resulta que la exclusión de G de las listas electorales es una deriva hacia la derecha rancia y casposa. ¿Habrá gente tan simple que no sea consciente de tácticas tan burdas?


Obsesión por la Iglesia
  • Páginas 1, 36 y 37: Los jesuitas eligen a un superior supuestamente alejado de Ratzinger.
  • Página 6: La aproximación de Sarkozy a la Iglesia.
  • Página 14 del suplemento "Domingo": Reseña de un libro sobre Ratzinger que lo muestra como intransigente (no se aclara si la reseña o el libro).
  • Última página: Columna de Manuel Vicent (¡está en todas las salsas, el tío!) sobre el Papa...
  • Magazine dominical: Empieza y acaba con dos artículos de opinión dedicados ¿a que no lo adivinan? Efectivamente, a la jerarquía católica.
Después de los propios curas, estoy convencido de que los progres son los más interesados en el tema del catolicismo. Pero quisiera centrarme en el último artículo del dominical, debido a Javier Marías. Según el hijo del gran discípulo de Ortega que fue Julián Marías, hay gente que por mucho que se les conceda, nunca lo agradece ni se da por satisfecha.

"No se lo dan -escribe- ni se lo darán los nacionalistas varios, ni por supuesto ETA, ni el actual Partido Popular, ni -según comprobamos una y otra vez- los obispos y cardenales católicos."

Antes de entrar en el comentario de la repugnante comparación, veamos cuáles son los motivos, según el novelista, por los cuales la Iglesia Católica debería estar agradecida:
  • "Trato privilegiado escandaloso", refiriéndose a la financiación.
  • "Caducos acuerdos de 1979 con el vaticano".
  • "Se le permite apoderarse (sic) de las calles de todo el país durante siete días seguidos, los de la Semana Santa".
  • "Se ha tolerado que obispos levantaran falsos testimonios" (referencia al obispo de Huesca que opinó sobre el 11-M).
  • "Se le ha consentido difamar y mentir a través de su emisora..."
  • "Despedir a su arbitrio a los profesores de Religión que ella no paga"
  • "No se le ha pasado factura por los cuarenta años... de la sanguinaria dictadura de Franco, ni por su mucha opresión de tantos siglos".
Es decir, que cuando el Estado despilfarra miles de millones de euros en propaganda, en burocracia parasitaria, en manifestaciones "culturales" que en no despreciable proporción son antirreligiosas, la preocupación de este novelista es el dinero que recibe la Iglesia (en gran parte gastado en obras de caridad).

Que, ya lo vemos, le molestan las procesiones de Semana Santa.

Que le molesta que los obispos, como cualesquiera otros ciudadanos, expresen sus opiniones, salvo si no son contrarias al gobierno.

Que le sorprende que la Iglesia quiera elegir a los profesores que imparten su doctrina, en los colegios que los padres eligen libremente para recibirla.

Y que le sorprende que después del asesinato de 7.000 religiosos bajo el régimen del Frente Popular, la Iglesia apoyara a Franco. No, debería haber apoyado a la Pasionaria, ¿no te jode?

Pero lo esencial es por supuesto la comparación establecida entre ETA y el Partido Popular y la Iglesia. Ante todo, no debemos llamarnos a engaño. Esta furia anticlerical, aunque por desgracia apela a una rancia y casposa tradición hispánica, no tiene otro objetivo que cargar contra el PP, identificándolo con una derecha, qué curioso, también rancia y casposa. Vamos, es una maniobra idéntica en intención a las loas hipócritas dirigidas a Gallardón. Pero es que además, la comparación entre el terrorismo y la oposición conservadora, para mostrar a ambos como extremos igualmente deplorables, no es ni mucho menos original, sino que la hemos podido escuchar de labios de intelectuales de la talla de Pepiño Blanco.

Cuando un escritor cuyas novelas se supone que se dirigen a lectores sensibles (yo no debo serlo porque me parecen una mierda), recurre a consignas tan brutales como las de politicastros semianalfabetos, algo grave está sucediendo. Y es que muchos intelectuales, con tal de seguir figurando en el panorama cultural-mediático dominado por PRISA (recibir premios, reseñas favorables, entrevistas, encargos etc) han perdido por completo la vergüenza y la decencia, y están dispuestos a proferir las mayores canalladas.

sábado, 19 de enero de 2008

Por qué votaré contra Zapatero

Ahí van algunas razones, seguro que me dejo más de una:
  1. Porque llegó al poder gracias a un atentado no aclarado.
  2. Porque se retiró de manera unilateral e indigna de Iraq.
  3. Porque violó la La Ley de Partidos y el Pacto por las Libertades y contra el terrorismo, permitiendo que las siglas políticas de ETA entren en el parlamento y los ayuntamientos vascos, como parte de sus negociaciones con los terroristas.
  4. Porque ha promovido la aprobación de un Estatuto catalán que postula la nación catalana y establece relaciones bilaterales entre el gobierno de ésta y el de España.
  5. Porque se cree que él puede crear derechos nuevos, es decir, se cree Dios.
  6. Porque es amigo de Hugo Chávez y Evo Morales.
  7. Porque ha abandonado a su suerte al Sahara, renunciando a una de sus cartas en el tema de Ceuta y Melilla.
  8. Porque quiere fundar una Historia Oficial de España, según la cual la izquierda fue siempre defensora de la democracia frente a la derecha antidemocrática, lo cual es una mentira criminal.
  9. Porque ha arruinado el prestigio de España ante los inversores internacionales, al maniobrar contra la entrada de capital extranjero en una empresa privada.
  10. Porque su gobierno ha defendido una política suicida en inmigración, con las consiguientes amenazas para la economía y la seguridad de los ciudadanos.
  11. Porque fueron detenidos dos militantes de la oposición por haber acudido a una manifestación en la que nadie vio cómo a un ministro le pellizcaban el culo.
  12. Porque su gobierno ha apoyado un canon digital sobre todo tipo de aparatos electrónicos con acceso a Internet, sea cual sea el uso que se les dé.
  13. Porque ha implantado una asignatura adoctrinadora en principios antiliberales, antiglobalización, contraria a valores tradicionales, etc, y su gobierno amenaza a los padres que se oponen a esta fechoría.
  14. Porque no se ha preocupado por defender nuestros intereses económicos en Europa.
  15. Porque organizó un costoso referéndum sobre la llamada Constitución europea, que no sirvió para nada.
  16. Porque promueve una Alianza de Civilizaciones, según la cual, el problema entre Occidente y el Islam no es que éste quiera destruirnos, sino que nosotros no lo comprendemos.
  17. Porque bajo su mandato, el matrimonio ha dejado de ser legalmente el reconocimiento institucional de la familia biológica.
  18. Porque ha implantado cuotas obligatorias de mujeres que es a ellas a quienes más perjudican (pues siembra dudas sobre si una persona ocupa un puesto determinado por su valía o por la necesidad de cumplir con la cuota).
  19. Porque odia a la mitad de los españoles.
  20. Porque es un mentiroso y un traidor.
  21. Porque le da asco decir ¡Viva España!
  22. Porque soy integrista, de la derecha extrema, cavernícola, reaccionario y por tanto quiero un gobierno integrista, de la derecha extrema, cavernícola y reaccionario, que por lo menos no se atreva a mangonear tanto como el actual... aunque sólo sea por miedo a que le llamen todo esto.

Para enmarcar


Alguien podría pensar que afirmación semejante es una perogrullada. Pero por alguna razón, millones de personas en el mundo comulgan con la peregrina idea de que un número reducido de políticos y funcionarios, en nombre del pueblo, de los trabajadores o cualquier vaguedad por el estilo, saben mejor que cada uno de nosotros lo que nos conviene. Naturalmente, no existe base alguna para limitar esta idea al aspecto económico. Esta es la razón por la cual los regímenes socialistas acaban decidiendo incluso si sus ciudadanos pueden residir en un sitio u otro, viajar al extranjero o conectarse a Internet. Donde se limita la libertad económica, la libertad en general o no existe o está seriamente amenazada.

Por eso es importante que de vez en cuando haya quien nos recuerde lo obvio, que la tierra es redonda, dos más dos son cuatro, y donde mejor está el dinero es en el bolsillo de los contribuyentes.

viernes, 18 de enero de 2008

Con Israel, siempre


El filonazi Ahmadineyad ha vuelto a amenazar a Israel... Quiero aprovechar para decir algo. Las ideas de este blogger han cambiado mucho desde la adolescencia, han pasado del marxismo frankfurtiano veinteañero hasta el neoconservadurismo cuarentón de hoy, con toda una serie de pasos intermedios que ahorraré al sufrido lector. Pero en una cosa al menos me he mantenido siempre invariable, y es en el sentimiento proisraelí. No se trata sólo, aunque también, de que Israel sea la única democracia de Oriente Medio -con la todavía precaria excepción de Iraq. Es que incluso cuando era de izquierdas, no podía dejar de admirar a un país que, aun sin contar con sus derechos históricos innegables, los judíos se han ganado a pulso. Construir una nación tan insultantemente próspera (¡pese a sus coqueteos iniciales con el socialismo!) en medio de un desierto sin petróleo, es algo que los árabes no les podrán perdonar nunca.

Se engaña quien crea que al mundo musulmán le ha importando nunca un pimiento la suerte de los palestinos. Sencillamente, el conflicto palestino-israelí le sirve para explotar el esnob sentimiento de culpa occidental. De esta manera intenta neutralizar el instinto de conservación de Occidente frente al avance islamista, al tiempo que dificulta el apoyo a Israel. Todo ello con la abrumadora y necia colaboración de la mayor parte de los medios de comunicación.

Que recuerde, el primer libro que leí de César Vidal, antes de que fuera tan conocido como lo es ahora, fue El holocausto (Alianza Ed.) El padecimiento del pueblo judío es uno de los motivos por el que siempre he tendido a simpatizar con él. Pero lo que me lleva a admirarlo -además de Kafka, Einstein o Woody Allen- es la historia posterior a 1945, la fundación del Estado de Israel, las victorias militares frente a sus vecinos árabes, la persecución de los criminales nazis por todo el mundo. Quien no se sienta movido a aplaudir tales gestas, es que está infectado, en el mejor de los casos, por el virus del autoodio. Porque efectivamente, aunque no seamos judíos, éstos son parte de Occidente, y toda amenaza a Israel es una amenaza contra nuestra civilización. Aunque los cretinos que nos gobiernan no quieran enterarse.

miércoles, 16 de enero de 2008

Auge y caída de Gallardón

Cuando muchos creíamos que había un déficit de liderazgo en el Partido Popular, va Mariano Rajoy y nos demuestra que cuando parecía que bajaba, en realidad subía. Pero más allá de la tentación vulgar de traer a cuento el típico chiste de gallegos, hay que reconocer que la estrategia de dejar encumbrarse al soberbio para que él solito (con apenas un empujoncito) se despeñe, se ha aplicado aquí con ejemplarizante maestría. El truco es tan viejo como la humanidad, pero quien lo cuenta de una manera insuperable es Jorge Luis Borges en su cuento El muerto, uno de los relatos incluidos en El Aleph. Reconocerá el lector fácilmente a Gallardón en Otálora, y a Rajoy en el personaje de Bandeira. Léanlo, vale la pena, o mejor dicho, el placer.

domingo, 13 de enero de 2008

Derecha por aquí, derecha por allá

Se nota que ahora sí ha empezado la campaña electoral de verdad (como siempre, bastante antes que la oficial), porque desde el PSOE han empezado a hablar -con música de película de terror de fondo- acerca de la derecha. La derecha hace esto, la derecha hace lo otro; si la derecha os ofrece un caramelo y os dice que os vengáis con ella, rechazadlo, etc.

Por supuesto que los términos derecha e izquierda son demasiado amplios. Dentro de la derecha se suele clasificar tanto a un Reagan como a un Le Pen, que son lo más antitéticos que se pueda desear: Procapitalista y liberal el primero, y antiliberal, antisemita, antiglobalización, antiamericano (¿les suena?) el segundo. Lo mismo ocurre en la izquierda, paraguas bajo el que se refugian desde los múltiples brazos políticos del octópodo etarra hasta la UPD de la socialista Rosa Díez.

Con todo, como ocurre con muchas otras palabras, y no sólo en el campo político, el contexto suele ayudar mucho a precisar su sentido. Lejos de mi intención desterrar el uso de los términos derecha e izquierda. Todo lo contrario, lo que echo en falta es que la derecha, por su parte, no hable más de la izquierda. Propuestas constructivas, por supuesto, pero cuando te están atacando mañana, tarde y noche, es hora de escuchar en los mítines cosas como por ejemplo:

La izquierda es la mayor estafa intelectual y moral de los últimos dos siglos. Se erige en representante de los más desfavorecidos, cuando lo único que ha conseguido siempre que gobierna es cegar las fuentes de movilidad social que permiten a aquéllos dejar atrás su condición (restricción de la libertad del mercado, degradación de la educación, creación de dependencia).

La izquierda no está interesada en el progreso de las clases que tradicionalmente la votan... Podrían dejar de hacerlo, si dejaran de ser dependientes de sus limosnas y comprobaran en sus propias carnes los beneficios de la liberalización económica y la cultura de la responsabilidad individual.

La izquierda provocó la guerra civil, creyendo que la ganaría, pero ganó la guerra de la propaganda, llegando a la osadía de proclamar que la actual democracia es heredera de la II República y el antifranquismo, cuando en realidad fue el régimen franquista el que, tras la muerte del dictador, se autodisolvió, todo lo contrario de lo que ocurre con los regímenes comunistas de partido único.

Etc, etc.

A lo mejor los asesores políticos de la derecha prefieren no mentar la bicha, por una supuesta connotación benigna del término izquierda que seguimos arrastrando. Craso error. ¿A qué esperan para luchar contra ese nefasto mito de la izquierda moralmente superior? ¿Al 2012?

lunes, 7 de enero de 2008

Fábula de A y B

El aborto, la eutanasia, el tráfico de drogas, el matrimonio homosexual, el monopolio de la violencia etc, son cuestiones ante las que se adoptará una posición u otra en función de una de las dos definiciones de libertad siguientes:

Definición A de Libertad: Condición en la cual el individuo sólo está limitado por la libertad de otro individuo.

Definición B de Libertad: Condición en la cual el individuo no está limitado por la arbitrariedad de otro individuo.

Personalmente soy partidario de la Definición B, que en mi opinión tiene una base empírica más sólida que la A. Las sociedades donde la libertad ha tenido más implantación, han tendido a regirse más bien por esta definición, que va unida a la concepción de imperio de la ley (no de los hombres). La libertad no está reñida con la existencia de determinadas prohibiciones legales, siempre y cuando exista igualdad de todos ante la ley, y se excluyan las seudoleyes, es decir, decretos ad hoc de los gobiernos cuyo único fin es revestir de validez formal decisiones caprichosas. El problema de la definición B estriba en que no proporciona un criterio tan simple, como ocurre con la A, para decidir toda controversia jurídica o filosófica acerca de lo que favorece o no la libertad. Pero la experiencia indica que las consecuencias indeseadas de A, como las de toda teoría que desdeñe la experiencia, pueden ser mucho más considerables que cualquier error meramente casuístico.

Lo que no haré será hablar de liberales auténticos o inauténticos, cuando es evidente que gran parte de lo que defiende todo liberal puede deducirse de ambas definiciones indistintamente. ¡Espero que ahora no se le ocurra a nadie que debe haber una Red Liberal A y una Red Liberal B!

sábado, 5 de enero de 2008

Lodos del Cretácico-Terciario

La culpa de que el precio del petróleo haya alcanzado los 100 euros es ¿a que no lo adivinan? En efecto, de la guerra de Iraq, es decir, de Aznar. Con Saddam, esto no hubiera pasado.

Por supuesto, la culpa del caos de los transportes en Cataluña es también de la política de infraestructuras del PP.

No deja de ser asombrosa la habilidad de la derecha para conseguir que los problemas estallen, como si de un mecanismo de relojería se tratara, a los tres o cuatro años de haber dejado el gobierno.

Pero los socialistas no se arredran ante semejantes artimañas, sino que las exponen al público, para que sea conocida la refinada maldad del Partido Popular.

¿Cuál será la próxima? Iba a decir, a fin de no multiplicar los ejemplos, que directamente podría culparse a Aznar de la Expulsión del Edén, pero como no encaja con el perfil socialista la lectura de la Biblia (salvo en el caso de Pepiño, que además se permite recomendarla a los obispos), he pensado que podrían llegar a acusar a la derecha de la extinción de los dinosaurios, que es la catástrofe más antigua que se me ocurre... ¡Y algo tuvo que ver con el origen del petróleo!

Ahí van las respuestas que darían a esta acusación, una persona de la derecha extrema y un centrista.

  • Derecha extrema: Pues sí, los dinosaurios nos lo cargamos nosotros, ¿qué pasa? Gracias a ello, los mamíferos pudieron prosperar en un entorno menos hostil, lo que permitió, millones de años después, la evolución de la especie humana a partir de unos primates.

  • Centrista: Nosotros deploramos la extinción de los dinosaurios y no tenemos nada que ver con ella, porque:

1. El único dinosaurio que conocemos es el fragasaurius galaicus, que como es notorio pervive en su hábitat originario.

2. Un primo nuestro nos dijo que la extinción de los grandes reptiles no es debida a la mano del hombre, aunque, bueno, podría estar equivocado, vamos, que para nada pensamos eso, es más, seguro que algo tuvo que ver el ser humano. De todos modos,

3. El día que se extinguieron estábamos dando un mitin en Almería

El PSOE llegó al poder culpando al Partido Popular del atentado del 11 de Marzo. Lo acusó de mentir, pero el mensaje era que si el gobierno mentía era porque tenía una responsabilidad que ocultar, y de ahí al “Aznar asesino” hay un paso muy pequeño. Ahora ZP se propone volver a ganar las elecciones recordando de nuevo la guerra de Iraq. Lo del precio del petróleo es sólo una variante chusca de esta estrategia. No me sorprendería que pese a su desfachatez –o precisamente por ella- le reportara unos cuantos votos, sobre todo si el Partido Popular reacciona como de costumbre, asegurando que yo no quería, que no lo volveré a hacer, y que hay que mirar al futuro.

miércoles, 2 de enero de 2008

El pecado de la alegría

¿Hay algo más triste, más sombrío que esas pinturas del realismo socialista, que nos muestran fornidos obreros o campesinos en actitudes heroicas, sobre el fondo de poéticos amaneceres? No es que inspiren tristeza por el contraste con la realidad gris y miserable del socialismo real, que también, sino que algo en ellas contrarresta por completo su intención animadora, y es la falsedad esencial de sus paisajes de cartón-piedra y sus sonrisas heladas.

En las economías capitalistas, por el contrario, digan lo que digan los críticos neopuritanos de la publicidad comercial y la estética de luces de neón, el entorno es mucho más alegre, hay vida y bullicio en las calles de las grandes ciudades. A mí al menos me gusta ese ambiente de urbe cosmopolita, anuncios luminosos por doquier, reclamos abigarrados y cambiantes. Soy así de plebeyo.

Naturalmente, expresar estas sensaciones es políticamente incorrecto. Las luces navideñas deben apagarse por la noche, para demostrar que nos creemos las profecías agoreras del cambio climático. La rotulación y cartelería publicitaria debe limitarse para proteger no sé qué cualidades del paisaje urbano (¿hay algo más urbano que los anuncios?) Por supuesto, los anuncios no deben mostrar señoras demasiado atractivas, porque eso es sexista.

Hay que sustituir el pavo o el cordero por conejo en Nochebuena, debemos utilizar transporte público (qué es esa depravación de viajar confortablemente en el propio vehículo), no gastar agua del grifo, no fumar, no beber, no comer grasas hidrogenadas, y un largo etc.

En una caja de ahorros me regalan un calendario del 2008. Otros años, cada mes venía ilustrado con bellas fotografías paisajísticas, o de monumentos de distintas ciudades del mundo, u obras de arte, qué sé yo, se me ocurren mil cosas agradables de ver. Este año han optado por promocionar fotografías de niños o ancianos con distintas minusvalías físicas o psíquicas, en entornos terapéuticos o laborales que pretenden ilustrar la obra social de la entidad que edita el calendario.

Lo que diré ahora no me granjeará muchas simpatías, pero me importa un bledo. No me gusta ese calendario. Me parece muy bien que se ayude a las personas con problemas, no me considero ningún monstruo insensible, pero estoy harto de esa socialización del dolor y la miseria que lo invade todo. No creo que ayudemos más a las personas disminuidas porque cada día añadamos focos sobre ellas. Quizá se sientan halagadas por un momento, pero estoy convencido de que cualquier persona con algún impedimento físico o psíquico es más feliz en la medida en que puede olvidarse de ello, lo cual pasa, desde luego, por facilitarle la vida en lo posible, no por abrumarle con nuestra impertinente concienciación.

Tampoco creo que la administración esté legitimada para recomendar medidas de sobriedad a los ciudadanos, cuando no existe mayor despilfarrador que ella.

La propaganda socialista pretendía, con escaso o nulo éxito, infundir alegría en la población, a fin de que se conformase con el estancamiento de su nivel de vida. La propaganda políticamente correcta de las sociedades de economía más o menos libre, parece empeñada en lo contrario, en aguarnos la fiesta difundiendo mala conciencia, censurando que tratemos de ser felices a nuestro modo plebeyo y consumista. Pero su finalidad se diría que es la misma: A base de estropearnos nuestro disfrute de los logros del capitalismo, se nos quiere reconciliar con el intervencionismo estatal. La corrección política es la gran venganza de la izquierda contra un sistema que ha tenido la insolencia de ser mucho más eficaz y humano que el socialismo. No nos convencerán de que los cubanos son más felices que nosotros, pero al menos conseguirán jodernos un poco.

La Constitución más breve del mundo


La verdad es que yo no había oído hablar nunca del Principado de Sealand hasta que incidentalmente Persio me reveló su existencia…

¿A que me ha quedado como el arranque de una novela fantástica? Pues todo indica que Sealand existe realmente. Se trata de una fortaleza marina, abandonada tras la II Guerra Mundial, y anclada en el Mar del Norte, frente a la costa sureste de Inglaterra. En 1967 fue ocupada por la familia Bates, que proclamó su soberanía sobre el territorio. Aunque ningún país del mundo la ha reconocido jamás, existen serias dudas jurídicas sobre si Sealand puede ser considerado un Estado independiente o no, debido a que cuando se proclamó su independencia, se encontraba en aguas internacionales, lo cual fue reconocido por un juez británico.

En 1978, un empresario alemán llamado Achenbach, tras convertirse en ciudadano de Sealand, traicionó la confianza del Príncipe Roy Bates y apoyado por algunos empleados suyos de origen holandés, llevó a cabo un golpe de Estado. Tras una breve e incruenta guerra (Guerra de Sealand), Bates recuperó el poder e hizo prisionero a Achenbach, acusado de traición. (Los holandeses fueron liberados.) El gobierno alemán envió entonces un diplomático para negociar la repatriación de su ciudadano alemán, a lo que Sealand accedió. Sin embargo, Achenbach sigue sin reconocer el gobierno de Bates y ha formado su propio gabinete en el exilio… Leer tan altisonantes declaraciones acerca de un montón de chatarra, nos sugiere desde luego una reflexión devastadora acerca de la ridiculez esencial de toda institución humana. Pero hay más.

En los años ochenta, la Seguridad Social inglesa reconoció en un comunicado que los habitantes de Sealand no estaban obligados a pagar impuestos al Reino Unido. ¿Hay mayor reconocimiento de soberanía que éste?

El Principado de Sealand ha emitido moneda, sellos, tiene por supuesto su propia bandera, su escudo y una Constitución, que consta de los siguientes artículos:

  1. Every person has the right to liberty and justice.
  2. Every person has the right to exercise their own beliefs provided only that such beliefs do not infrings upon the beliefs and wellbeing of others.
  3. The freedom of the individual can be restricted only by the due process of law.
  4. All individuals are equal before the law and no-one may suffer prejudice for any reason.
  5. The legal system is based on the British Common Law and the British Law of Contract with certain exceptions.
  6. Any Ordinance passed in Sealand by the Senate properly constituted will exclude and take precedence over such Laws.
  7. The National language of Sealand is English and all official documents must be in that language.
  8. All companies registered in Sealand are subject to the same laws as individuals.

Como puede observarse, los cuatro primeros artículos definen el tipo de régimen político, mientras que los otros cuatro son en cierto modo de carácter más técnico.

Me pregunto si no bastarían esos primeros cuatro artículos incluso para un país verdadero, con una población y un territorio extensos. El derecho a la libertad, a la justicia independiente, la igualdad ante la ley... ¿Qué falta aquí? Posiblemente nada. Los detalles de un sistema parlamentario podrían ser desarrollados por una ley de rango menor, tal como parece sugerir el artº 6. No se necesita nada más.

Una Constitución breve no garantiza que el crecimiento estatal no acabará ahogando la libertad, pero por lo menos limita seriamente las posibilidades interpretativas que tanto contribuyen a ello, como ocurre con las farragosas constituciones europeas, con su obsesión por preverlo y regularlo todo. Lástima que a mi mujer no le guste el clima del Mar del Norte.

"...Cada institución traduce una misión; los ayuntamientos tienen su absoluto como los templos -metafísica para uso de monos-... Todos se esfuerzan por remediar la vida de todos... La sociedad es un infierno de salvadores."
E. M. Cioran

martes, 1 de enero de 2008

Peligros de la lectura

Seguramente más de uno, al leer La ciudad que fue, se sorprenderá de que Federico Jiménez Losantos militara en el PSUC, tuviera buenas relaciones con el ambiente gay de la Barcelona de los 70, o firmara manifiestos defendiendo la enseñanza obligatoria del catalán en Cataluña, y que simplemente los padres pudieran elegir el castellano como lengua en la que se impartieran las demás asignaturas. Posiblemente, lo único que ha cambiado básicamente es su afiliación al PSUC (nada, detalle sin importancia), por más que algunos que no leen a Aquiles confundan mundo gay con zerolismo, o equiparen antinacionalismo con anticatalanismo.

No importa. FJL es facha, y punto.

Se me ocurre, de todos modos, una sugerencia para los progres que estén deseando leer el libro, pero teman por su reputación. Existen unas fundas con las cuales, además de proteger los libros de todo tipo de incidencias domésticas o de transporte, se oculta con total discreción el título y el autor. Si a uno le preguntan "¿qué estás leyendo?", siempre puede contestar "La última novela de Boris Izaguirre", y quedar como un perfecto progre sin mácula.

Bien es verdad que más valiente resulta coger el toro por los cuernos, y mostrar ostentosamente la sobrecubierta. Cuando yo tenía dieciocho años y era (o creía ser) de izquierdas, me puse a leer El Capital de Marx. Mi padre, conservador de ideas claras, al ver el rostro barbudo que ilustraba la portada del grueso volumen, me preguntó: "Uy, ¿quieres decir...?", o algo así. Hipócritamente (aunque dudo que le engañara) le contesté más o menos que "hay que conocer todas las posiciones", etc. Y aparentemente, con esa explicación se tranquilizó. No mucho después, haciendo la mili, un teniente descubrió en mi taquilla Razón y Revolución, de Herbert Marcuse (también con la delatora efigie de Karl Marx en la portada) pero en lugar de cogerme manía (que era lo que temía) resultó ser un militar progre y se apuntó un tanto elogiando vagamente mi interés por la lectura. Entonces yo odiaba el Ejército y esa muestra de tolerancia no me conmovió. Ahora que estoy libre de prejuicios pacifistas, supongo que discreparíamos por otras razones, si es que aquel oficial (ahora me imagino que debe ser general o poco menos) sigue siendo un fiel lector de El País.

A donde quería ir a parar, y perdóneseme el excurso autobiográfico: ¡No pasa nada! Lean, señores progres, a Federico en el banco de un parque, sin miedo. Si alguien les afea semejante proceder, habiendo niños cerca, siempre pueden replicar aquello de que "este lector no comparte necesariamente las opiniones vertidas en este volumen". Incluso puede que, por el contrario, reciban la embarazosa aprobación de algún facha. Eso sí, existe el peligro de que la lectura les acabe influyendo en su manera de pensar. Es el riesgo de la curiosidad intelectual: Se puede llegar a cambiar.

Tiempos modernos

A veces la mirada de un extranjero tiene la virtud de hacernos ver el bosque donde los de aquí podemos perdernos entre los árboles. Me ha parecido un buen resumen de la situación política española éste de Richard Rahn, publicado en The Washington Times, reproducido por The Brussels Journal, y sobre el que me ha llamado la atención Blogoscopio. Está en un inglés muy legible (para que lo entienda yo...) Las negritas son mías, y las apostillas obviamente también.


Is Spain Breaking Apart?

Richard Rahn (26-12-07)


Spain has been one of the great democratic and economic success stories of the last three decades. But there is now some reason to fear for its future. Here is why:


Spain was one of the first nation-states, having completed the reconquest of the Iberian peninsula from the islamic Moors in 1492 (the same year as the first Columbus voyage). Imperial Spain was Europe’s leading power during the 16th and much of the 17th century. The Spanish empire included all of central America, most of South America, the Philippines, and parts of modern Germany, Belgium, Luxembourg, the Netherlands, and elsewhere.


Thereafter, Spain, besieged by enemies and internal misrule, went into long-term decline, culminating with the loss of most of its few remaining colonies during the Spanish-American war of 1898.


The Spanish had a vicious civil war from 1936 to 1939, with the forces of the left supported by the Soviet Union and Mexico, and the nationalists, led by Generalissimo Francisco Franco, supported by the Germans and Italians. Franco became dictator and kept Spain neutral during the World War II. After the war, Spain was politically and economically isolated until 1955 when it became a Cold War ally of the United States and Western Europe.


Muy bien dicho: es decir, nada de las fuerzas “democráticas”, ni siquiera republicanas (la República ya había perecido de facto cuando estalló la guerra) contra el fascismo, sino un conflicto entre la izquierda y los nacionales (o simplemente la derecha). Demócratas no había en ninguno de los dos bandos. La propaganda comunista cosechó un gran éxito en la divulgación del mito de que en la zona del Frente Popular perduraba la legalidad republicana, pero mantener semejante embuste setenta años después sólo puede ser producto de la ignorancia o del sectarismo (o de ambas cosas: lo más habitual).


In the 1960s, the economy of Spain was revived, and the country grew rapidly, becoming a modern industrial state. In 1975, Generalissimo Franco died, and Prince Juan Carlos took over as king and head of state.


He immediately began transforming Spain into a democratic kingdom, which was accomplished in 1978 with the approval of the new Spanish constitution. Spains was able to accomplish a peaceful transition to a modern functioning democracy, with the central governmentswinging back and forth between the forces of the moderate left and right, because of an implicit agreement not to refight the battles of the past.


Spain has been a member of the European Union and adopted the euro as its currency at the beginning of 2002. Spaniards are now as rich on a per-capita basis, as the average European. The country has a pleasant and sunny climate, which is reflected in the dispositions of most of its people. The Spaniards have moved in two generations from conservative church-going Catholics to some of the most socially liberal people of the planet (the Californians of Europe). Recent surveys have shown the Spaniards to be among the happiest people on Earth. In sum, Spain seems to have everything goiing for it, but there are problems in paradise.


Aunque exagera un tanto la nota paradisíaca (ya nos gustaría ser la California de Europa, por ejemplo en innovación tecnológica) el párrafo no puede menos que hacernos reflexionar. Si para un observador extranjero las generaciones actuales de españoles son de lo más liberal, socialmente hablando, del orbe, cabe preguntarse de dónde viene entonces esa obsesión de muchos por hacer impertinente pedagogía de lo que llaman laicismo, y a quién pretende ilustrar el gobierno actual cuando se autoconcede medallas por defender a los gays, transexuales y demás individuos de costumbres sexuales creativas, como si llevaran tiempo esperando la llegada de su redentor. ¿No será que algunos necesitan crearse enemigos imaginarios (el oscurantismo y bla bla bla) para justificar sus carencias ideológicas?


Despite being citizens of one of the oldest nation-states, many Spanish identify more with their regions than the central state. Spains has four official lenguages —Castilian Spanish, Catalan, Galician and Basque, as well as several unofficial languages. The outside world has been well aware of the actions of the Basque separatists because of the ETA terrorists [¡bien!], who have just killed two Spanish police officials in the basque area of France (which adjoins the Basque area of Spain).


Análogamente a la apostilla anterior, siendo como es España uno de los países más descentralizados del mundo, no deja de resultar tampoco digno de reflexión que el propio presidente del gobierno hable del derecho de decisión de los vascos, o haya puesto su empeño personal en la aprobación de un nuevo Estatuto catalán, como si se vinieran a satisfacer por fin, gracias al mesías socialista, viejas reivindicaciones históricas. Que al día siguiente son el trampolín para otras nuevas, perdón, quiero decir viejísimas.


The new socialist government of Jose Luis Rodriguez Zapatero, which unexpectedly gained power after the Islamic terrorist Madrid trains bombing in march 2004, has unnecessarily opened old wounds by proposing a Law of Historical Memory, which would rewrite the history of the Franco period and take away the recognition of many who suffered on both sides of the civil war. This is seen by many Spaniards as an attempt to undo the historical implicit contract of not retrying old battles, and is fueling an increase in political partianship and tensions.


¡Y tanto que unexpectedly!


Análoga reflexión, y van tres, que en las dos apostillas anteriores: ¿Quién reclamaba una ley de memoria histórica, salvo aquellos que se identifican con uno de los dos bandos y no lamentan los crímenes que cometió, sino sólo que perdiera? ¿Quién a estas alturas seguía sintiéndose agraviado por un régimen autodisuelto hace tres décadas?


Más discutible es que el atentado del 11-M se adjetive como islamista. Desde luego, no es de Al-Qaida, que recluta a sus terroristas suicidas entre gente de alto nivel de instrucción y por supuesto nulos contactos con el mundo del hampa o de la policía, es decir, nada que ver con los infelices que han sido condenados. Queda entonces sólo la posibilidad de un grupúsculo local lo suficientemente fanatizado para planear y ejecutar un atentado de gran envergadura sin recibir instrucciones del exterior, pero al mismo tiempo declinar suicidarse hasta nueva orden... de no sabemos quién.


About 30 percent of Spaniards traditionally support the right-leaning party. Another 30 percent support the left-leaning party (which is now in power). Most of the rest of the vote is split among the various regional parties, which allows them to serve as power brokers. They have used this power to further decentralize the government and work for more separatist policies.


The Spanish economy did very well under the administration of Jose Maria Aznar (1996-2004), who undertook structural reforms and sound fiscal policies. Even so, Spain still has too much government interference in the economy, particularly with labor market rigidities (Spain ranks No. 27 on the Index of Economic Freedom). The Spanish economy is facing a loss of international competitiveness and low productivity growth, which does not bode well for its future.


The open questions for Spain are: Will it return to the high-growth policies of the Aznar years and increase economic freedom or adopt more statist and growth-killing policies? And will it move toward constructive decentralization with regional and language tolerance, as it has been successfully done in Switzerland, or will the struggles over regional power (and language) paralyze the country as it is now happening in Belgium?


En realidad, ambas cuestiones son una sola. No hay libertad económica, hay libertad sin más, y eso incluye lo mismo la de criticar a los gobernantes, elegir la educación (y la lengua en que se realice) de los propios hijos, o crear una empresa sin que la carrera de obstáculos burocrático-legales acabe desmoralizándote. Libertad o estatismo, no hay más, y me da igual que se trate de Estados con capital en Madrid, Barcelona o Vitoria. O Bruselas.