martes, 2 de junio de 2009

Mentiras en formato 21 X 21

Un folleto del PSC que está llegando a los hogares catalanes insiste, dentro de la estrategia general de la campaña electoral socialista, en plantear la disyuntiva entre derecha e izquierda. Entre una derecha a la que se responsabiliza de la crisis económica, y que además quiere aprovecharla para recortar derechos “sociales”, y una izquierda que -asegura- pretende todo lo contrario, sacarnos de la crisis y “conseguir más derechos”.

Por supuesto, los derechos sociales no están realmente en peligro, por la sencilla razón de que no son derechos. Todo “derecho” que no sea individual, en realidad es un pretexto para restringir un derecho individual. Por ejemplo, el derecho a la huelga (que por cierto la derecha real ni por asomo cuestiona), o el salario mínimo, en realidad funcionan como restricciones del derecho al trabajo. Las llamadas “conquistas sociales” son casi todas privilegios de los trabajadores de grandes empresas, que curiosamente son la minoría, porque el 90 % de los asalariados trabajan para pequeñas y medianas empresas. Los “derechos sociales” significan en realidad trabas a la libre contratación, más paro y por tanto salarios más bajos para el conjunto de la población laboral. Son seguramente la estafa más grande que existe.



El folleto incluye además, por la otra cara, nueve puntos que transcribo y comento:

Reactivemos la economía mediante la inversión pública.

La inversión pública es necesaria en infraestructuras y determinados servicios, pero no es su papel reactivar la economía, porque se financia con los impuestos que se obtienen del sector privado. Por tanto, pretender que sea ella la que nos saque de la crisis equivale al intento del barón de Münchhausen, que quería salir de una ciénaga tirando de su propia coleta.

Prevengamos nuevas crisis con reformas en los mercados financieros.

El problema es que la crisis tiene su origen en organismos externos al mercado, como los bancos centrales y las agencias reguladoras, y lo que se pretende ahora es precisamente dar más poder a estas instituciones burocráticas que han fallado desastrosamente. Es decir, lo mismo que denuncia el eslogan del PSC (“¿pueden sacarnos de la crisis los que nos han metido en ella?”) pero en lugar de las caras de Bush, Aznar, etc, imaginen otras caras, menos conocidas del gran público, entre las cuales no faltan políticos y altos funcionarios del campo "progresista".

Defendamos los derechos sociales y sindicales de los trabajadores y trabajadoras.

Ver arriba sobre los "derechos sociales". Desde luego, resulta innegable que las subvenciones a los sindicatos han aumentado de manera más que notable, si es eso a lo que se refieren.

Luchemos por la plena igualdad entre hombres y mujeres.

Cuando hablan de plena igualdad, quieren decir igualdad de hecho, no igualdad de oportunidades. Es decir: intervención y control en todos los ámbitos de la vida para imponer unos criterios absurdos de paridad y corrección política. Empiezan en las empresas públicas, luego en las privadas, después incluso en la familia (nuevo código civil catalán) y ya van a por los niños de más tierna edad (reciente iniciativa socialista en el Congreso).

Detengamos la inmigración ilegal y el tráfico de seres humanos.

Es decir, intentemos enderezar el desastre que hemos provocado nosotros los socialistas con el “papeles para todos”.

Acabemos con los paraísos fiscales, el fraude y la evasión de impuestos.

Es decir, subamos los impuestos, con la tranquilidad para el fisco de que ya no quedará lugar sobre la Tierra adonde los inversores puedan huir.

Aumentemos la inversión en investigación, desarrollo e innovación.

El ánimo de lucro es el mejor incentivo conocido para la innovación, y nada lo estimula más que las bajadas de impuestos. Pero claro, los progres prefieren invertir el dinero ellos mismos, con los conocidos resultados de ineficacia, despilfarro, corrupción, clientelismo...

Transformemos el transporte en Europa para hacerlo más eficiente, asequible y sostenible.

Europa lleva doscientos años tendiendo sus redes ferroviaria, de carreteras, autopistas, etc, lógicamente cada vez más perfeccionadas. Este tipo de gansadas como "transformemos el transporte" son muy típicas de los socialistas. Parece como si el progreso sólo existiera gracias a ellos y no, como más frecuentemente ocurre, a pesar de ellos.

Hagamos que Europa sea una fuerza global en la lucha contra el cambio climático.

Gastemos, pues, miles de millones de euros en prevenir un supuesto calentamiento global que en los últimos años parece haberse detenido, y sin que parezca que la intervención humana tenga nada que ver.

O sea, palabrería, gasto e intervencionismo. Esto es lo que prometen los socialistas.