Televisión y prensa de diversas tendencias (por llamar tendencias a los delicados matices que las diferencian) se refieren hoy a la victoria electoral del "ultraconservador Ahmadineyad".
Para calificar el tratamiento dado a esta noticia quizás convendría acuñar el término ultraestúpido, aplicable a aquellos medios que, para que se me entienda, en 1933 hubiesen informado de la victoria electoral del "ultraconservador Adolf Hitler".
A continuación, incluyo algunas fotografías del reelegido presidente iraní con otros dirigentes ultra... bueno, ultra-lo-que-sean.
No me he entretenido en comprobarlo, pero tengo la sensación de que cuando gobernaba el neocón de Bush, los medios tendían a calificar al mandatario persa como radical, un término mejor valorado por la cretinez universal que conservador. (El malo ya se imaginan quién era.) Con Obama, la cosa puede cambiar. No me sorprendería que algunos acabasen adjetivando como conservador al régimen de Corea del Norte.
¿Por qué lo aborrecible siempre es "conservador", con o sin prefijo? Creo que no es difícil responder a esto. Tiene que ver con el hecho de que quienes deciden generalmente cómo llamar a las cosas son los progres listos, que por cierto, son lo más parecido que existe a los conservadores estúpidos.