Como es sabido, la political correctness nace en Estados Unidos (trasplantada quizás del maoísmo) como un movimiento reivindicador de los colectivos supuestamente oprimidos frente a los WASP (blancos anglosajones protestantes). Sus derivaciones extremas hasta el ridículo, como era aquello de desdeñar a Shakespeare como un "varón blanco muerto", son bien conocidas. Con el tiempo, al menos en nuestro idioma, la expresión ha ampliado su significado hasta abarcar genéricamente la visión autodenominada progresista (la que yo procuro llamar siempre seudoprogresista).
Sin embargo, hace tiempo que vengo observando la propagación de un uso completamente equivocado de la traducción castellana. La ignorancia seudoprogresista es a veces tan abismal, que muchos interpretan lo "políticamente correcto" como opuesto a aquel concepto tan grato a nuestros herederos del sesentayochismo, que es lo "transgresor". Así, estoy harto de oír en multitud de ocasiones decir a alguien aquello de "bueno, esto puede que no sea políticamente correcto, pero..." y a continuación explayarse en los tópicos progres más trillados, que a él le parecen por supuesto epatantes a más no poder.
Se trata de un fenómeno parecido a lo del "pensamiento único", que la izquierda utiliza como sinónimo de recambio del ya sobadísimo "neoliberalismo", mientras que la derecha, por el contrario, emplea como referencia precisamente al izquierdismo del establishment académico-mediático, sin que yo ahora mismo tenga muy claro cuál es el significado más antiguo.
Para evitar confusiones, se impone elegir términos, sean nuevos o viejos, que no dejen lugar a dudas acerca de lo que estamos hablando. La izquierda ya lo hace, todo el día nos está llamando fachas. No seamos menos. Hablemos de los giliprogres y los ecolojetas sin miedo a ser tachados de... Bueno, ¿qué más nos pueden decir que no nos hayan dicho ya?