Sr. Joan Laporta:
Como seguidor del FC Barcelona, me siento ofendido cada vez que usted utiliza a nuestro club en apoyo de sus ideas nacionalistas. El club, me veo obligado a recordárselo, no es de su propiedad, sino de los socios, los cuales no le han votado para que, mientras dure su mandato, usted haga lo que le dé la gana con esta institución centenaria.
El Barça es una imagen de Cataluña, como lo pueda ser Gaudí o Montserrat. Eso es difícilmente discutible. Pero Cataluña es de todos los catalanes, no sólo del tripartito. Los naturales de esta tierra que nos sentimos españoles (o sea, la mayoría) también somos catalanes. El Barça tiene además muchísimos seguidores en toda España y fuera de ella, que merecen idéntico respeto.
No es tolerable que, mientras se reniega de todo lo que recuerde a España, sin ninguna consideración para los sentimientos de multitud de barcelonistas, en algunos países islámicos se vendan camisetas del Barcelona con el escudo sin la cruz de Sant Jordi (La Vanguardia). ¿Se prohibirá también a los jugadores que se persignen en el campo para no herir la delicada sensibilidad islámica? ¿Llegaremos al extremo de renegar de las raíces cristianas de nuestra cultura?
Quedo a la espera de que la directiva del FC Barcelona despeje de inmediato cualquier duda acerca de la implicación directa o indirecta del club en la fabricación de esas camisetas o cualquier otro producto con el escudo descristianizado, declarando formalmente que todos los escudos sin la cruz de Sant Jordi son apócrifos, y por tanto falsificaciones ilegales del distintivo azulgrana.
Visca el Barça!
Visca Catalunya!
Visca Espanya!
Atentamente,
Carlos López Díaz