De nuevo he sido atacado a traición por un meme, transmitido con nocturnidad y alevosía por Persio. Y es de esos a los que yo no me puedo resistir. Se trata de dar la lista de cinco libros que tenga previsto leer. Bueno, he de decir que mis programas bibliófagos siempre se ven alterados por las consiguientes novedades irresistibles, con lo cual aquel-clásico-que-imperdonablemente-todavía-no-he-leído se ve aplazado una vez más, pero en fin, el meme no dice nada de que luego deba cumplirse...
Ahora mismo estoy leyendo un volumen de la editorial Valdemar con las novelas de Kafka: El desaparecido -más conocida como América-, El proceso y El castillo. Salvo la primera, las otras dos ya las leí cuando hay que leer a Kafka, es decir, a los 15 años. Hay escritores que sería una lástima no haber leído en la adolescencia, y no estoy pensando sólo -aunque también- en Conan Doyle, Julio Verne, Asimov o Salinger. Aunque nunca es tarde para leer a Kafka o a Borges, el haberlo hecho a edad relativamente temprana (tampoco hace falta ser ningún niño prodigio) supone que durante años te has sentido acompañado por ellos, y que -resumiendo- has sido mucho más feliz de lo que jamás podrá imaginar un joven actual con su PS2. Mi mayor reto como padre desde luego será tratar de descubrir a mis hijos que es infinitamente más maravilloso Tolkien que Super Mario. El mayor ya tiene ocho años, y bastante destreza con la Nintendo DS, así que no me queda mucho tiempo...
Además, estoy leyendo el fascinante Tiempos Modernos, de Paul Johnson (Ed. Homo Legens), aunque al simultanearlo con esta lectura actual y otras anteriores, progreso lentamente. Con todo, verdaderamente delicioso.
En mi librería aguardan:
1) El espíritu de las leyes de Montesquieu (Alianza Ed. )
2) La Eneida, de Virgilio (Austral)
3) La Divina Comedia (Austral)
4) Historia de la Segunda República Española de Joaquín Arrarás (Editora Nacional)
5) Historia del Ejército Popular de la República, de Salas Larrazábal, ed. La Esfera de los Libros.
Ah, y tengo pendiente de terminar la exhaustiva biografía de Mozart de Jean y Brigitte Massin (Turner), algo aburrida, aunque admirable por la profusión de datos. En fin, ésta es la intención, pero como decía antes, seguro que surgen otras lecturas furtivas que prolongarán el cumplimiento de este programa Dios sabe cuánto tiempo. En cualquier caso, sospecho que me lo pasaré bien. Es lo bueno de ser un bibliómano compulsivo, que disfrutas como los enanos.