Sé que a poco que echéis una mirada a este modesto blog me despacharéis rápidamente como fascista, integrista y neoliberal. Sé que no os preocupa siquiera que sean adjetivos incompatibles, porque vosotros no acostumbráis a inclinaros ante la lógica formal -que os parece casi tan sospechosa como la democracia formal.
En realidad, de vuestra creatividad expresiva hay ejemplos mucho más notorios. Vosotros, a matar seres humanos en gestación lo llamáis interrupción voluntaria del embarazo, y que las mujeres se parezcan cada vez más a los hombres lo llamáis feminismo. A robar lo llamáis redistribución de la riqueza, y a negociar con terroristas, proceso de paz. A la censura y autocensura las llamáis de diversas maneras, como delito de homofobia, xenofobia o islamofobia, y a la imposición ideológica, laicismo. Y en fin, por no hacer más larga esta lista, a la dependencia de un Estado hipertrofiado, ineficiente y financieramente ruinoso lo llamáis Estado del Bienestar.
Todo ello son méritos dignos de glosa. Pero vuestra mayor hazaña no es que seáis capaces de transformar el lenguaje (y por tanto las mentes, y por tanto la sociedad) hasta que no lo reconozca ni la madre que lo parió. La auténtica genialidad es vender vuestra semántica (y por tanto vuestra ideología) a la propia derecha. A vuestro lado, aquel vendedor de El Corte Inglés del chiste es un aficionado. La izquierda no es que te venda la caña, la zodiac y la caravana, es que te vende hasta El País, o por lo menos consigue que lo ayudes a superar la quiebra. Y no les quepa la menor duda, el rotativo continuará desde sus páginas insultando a todos los que estamos a la derecha de Celia Villalobos, lo cual no es muy difícil (estar a la derecha de esa señora). Pero es que incluso la televisión pública continuará tratando con deferencia a la tiranía venezolana, y adoctrinando a la población en la ideología de género y el homosexualismo.
Que la cadena de Berlusconi programe "Sexo en Nueva York" en horario infantil, es previsible. Que TVE se saque de la manga en un informativo el trascendental tema de la homofobia en el fútbol, preocupada por que no haya apenas futbolistas que se declaren gays, e ilustrándolo con imágenes cinematográficas de homosexuales besándose, también es previsible, a estas alturas. Lo que nos sorprendería es que el PP cambiara súbitamente su estrategia de tratar de convencer a los votantes del PSOE de que no vale la pena votar, porque gane quien gane, es lo mismo.
Sé que me llamaréis de nuevo facha. Esto me preocupa, porque el término se ha ampliado ya tanto, que para merecerlo basta con discrepar de las opiniones de Pablo Iglesias (el vivo) y Elisa Beni. No es demasiado halagador que te metan en el mismo saco que a Celia.