sábado, 25 de julio de 2009

Don't Stop the Music

Hay quien puede estremecerse con la sublime interpretación del Liebestod wagneriano de Birgit Nilsson, y acaso en otro momento descubrirse escuchando sin disgusto Can’t Get You Out of My Head de Kylie Minogue. Sin ir más lejos, a mí me pasa.

Para que se hagan una idea de mi profunda cultura musical, una vez, estando en el trabajo, sonó dentro de un bolso el móvil de una mujer de la limpieza, con un tono de una pieza pianística que en ese momento no conseguía identificar. “Chopin”, aventuré, a lo que la profesional de la limpieza me corrigió: “¿Como que Chopin? ¡Liszt!”

A pesar de mis limitaciones, y de mi receptividad a toda clase de géneros, lo cierto es que una y otra vez vuelvo a la música clásica. Durante mucho tiempo he sido oyente de Radio Clásica y de Catalunya Música, las dos únicas emisoras españolas (hasta donde yo sé) exclusivamente dedicadas a la música clásica. Sin embargo, ambas presentan el mismo inconveniente: El exceso de minutaje hablado.

Si sintonizamos una de estas emisoras en el coche, por ejemplo, fácilmente sucede que cuando el locutor nos ha terminado de contar la vida y milagros de Johann Sebastian Bach y se dispone a dar paso a la audición de la pieza seleccionada… Ya hemos llegado a nuestro destino.

Con todo, la radio sigue siendo para mí el mayor invento de la historia de la música. Por muy amplia y variada que sea una colección privada de grabaciones, en pocos casos se podrá comparar al archivo sonoro de una emisora especializada.

Recientemente he descubierto en internet una emisora que ofrece música clásica las 24 horas del día, sin anuncios ¡y limitándose a informar del nombre del compositor y del intérprete! Es la maravillosa Radio Suisse Classique, que emite desde Berna.

Asombrosamente, los suizos parecen confiar en que los oyentes interesados en los detalles biográficos de Shostakovich o Prokofiev sabrán acercarse solitos a una librería o una biblioteca, o simplemente hacer una indagación rápida en el Google. Así que ofrecen sin contrapartidas lo que la audiencia espera de una radio musical: No didactismo fuera de lugar, sino música y sólo música. Tomen nota, señores de Radio Clásica y Catalunya Música.

Radio Suisse Classique, justo es decirlo, es una emisora pública. Aunque yo siempre recelaré del gasto público en casi todo, incluyendo la cultura, creo que Mozart bien vale hacer una excepción.