miércoles, 2 de enero de 2013

La rueda ideológica

Empiezo el año con uno de esos diagramas que tanto me gustan. Es que uno en el fondo sigue siendo un niño...

La rueda se basa en el viejo esquema de los dos ejes, liberal-estatista y conservador-progresista, que divide el plano en cuatro partes: Liberal-conservadores, liberal-progresistas, estatistas progresistas y estatistas conservadores. Lo único que he hecho ha sido desdoblar cada sector, resultando un octógono. Como puede comprobarse, distingo entre liberal conservador y conservador liberal, entre progresista estatista y estatista progresista, etc., según que el acento se coloque en un término u otro. (El término principal es siempre el sustantivo y el otro, el adjetivo.) Las etiquetas en el exterior de la rueda identifican, de manera aproximada, a qué puede corresponder cada posición en el lenguaje político ordinario.

Dos son las ventajas de este esquema respecto al de solo dos ejes. La primera es que permite afinar más en la clasificación de las distintas actitudes políticas. La segunda es que muestra de manera muy intuitiva las relaciones entre cada ideología.

Un breve comentario sobre cada una de las ocho posiciones:

Conservador: Cree en unos valores trascendentes, y que estos son el límite infranqueable de la intervención del Estado. Defiende, en Occidente, los valores judeocristianos, el mercado y la libre iniciativa. El partido más cercano es el Republicano de Estados Unidos. (Y por cierto, es la posición de quien escribe.)

Liberal: Cree que la libertad individual es el valor supremo, ya lo considere trascendente o inmanente, por lo que defiende un Estado mínimo, generalmente de manera más drástica que los conservadores. Se centra más en las cuestiones económicas que en las "guerras culturales".

Libertario: Cree también que la libertad es el valor supremo, pero además que es posible y necesario revolucionar la sociedad por completo, o casi, mediante instituciones no estatales, sean naturales, como el mercado, o artificiales, como falansterios o comunas. (Existe un libertarismo propio de ciertas sectas religiosas, o comunidades cerradas, recelosas del Estado secular, que no es progresista; pero normalmente no propone un modelo social, sino que se limita a reclamar un estatuto especial.)

Republicano: Tiene como valores supremos la libertad y la igualdad. Defiende un Estado que intervenga en la economía, pero sin suplantar a la sociedad civil. En cuestiones morales es progresista. En la España actual está representado por partidos como UPyD y Ciudadanos. Durante la República se encarnó en la llamada izquierda burguesa, aunque con actitudes más cercanas al progre actual. (Deslealtad institucional cuando no gobierna, anticlericalismo exacerbado, etc.)

Progre: Es el tipo predominante en España. Su valor supremo es el progreso, a menudo trivializado en una actitud del tipo "estar a la última". Defiende un Estado providencialista, creador de derechos y dispensador de la felicidad, por lo general sin llegar al extremo de apoyar una economía totalmente regulada. Está a favor del aborto y de cualquier innovación legislativa, con tal de que moleste a los conservadores, de los cuales es la antítesis. Aquí está representado por el PSOE y el periódico El País.

Socialista: Es el votante comunista o ecosocialista, aunque puede decantarse por el voto útil del PSOE. (Por eso he optado por el término socialista, que es más amplio que comunista.) Se caracteriza por una mayor simpatía hacia regímenes dictatoriales como el cubano, y hacia los grupos antisistema. Siente nostalgia de la revolución, su valor supremo.

Fascista: Su valor supremo es el Estado. Es revolucionario en el sentido de que pretende supeditar todas las instituciones naturales y tradicionales (familia, propiedad, etc) al interés supremo del Estado, pero es conservador porque trata de aprovecharse de ellas, más que destruirlas o atacarlas frontalmente. Es el hermano totalitario del socialismo.

Franquista: Defiende un régimen autoritario, limitado por la defensa de unos valores tradicionales. En el siglo XIX la referencia podría ser el carlismo. Y fuera de Occidente, el islamismo moderado. (El régimen de Irán entraría dentro del fascismo.)

Por último, ¿dónde colocamos al PP de Mariano Rajoy? He intentado ubicarlo, pero todas las veces me ha estallado el octógono en las manos.