miércoles, 6 de noviembre de 2013

La generación Oriol

Aunque el presidente de ERC, Oriol Junqueras, nació en 1969, fue en los años setenta y ochenta cuando el nombre de origen carolingio Oriol se puso de moda entre esos padres catalanes que sólo leían el Avui y educaban a sus hijos en una burbuja de catalanismo esterilizado. Junqueras ha asegurado que con ocho años ya tenía muy claro que estaba contra la Constitución española: imaginen el régimen al que los padres tenían sometida a la criatura.

Según el INE, a 1 de enero de 2012, los españoles de nombre Oriol (el 95 % de los cuales residen en Cataluña) tenían una edad media de 17,9 años. La generación Oriol ya puede votar, junto con sus padres y abuelos. Estos pertenecen a ese 20 % (del que hablaba Albert Rivera hace escasos días, en una entrevista en Intereconomía) que está incondicionalmente a favor de la independencia de Cataluña, incluso aunque ello tuviera consecuencias ruinosas. (El grueso de independentistas, por el contrario, está formado por los idiotas que creen que en la nueva república catalana les va a tocar la Grossa.) Pero sus hijos ya no es que estén meramente a favor de la separación: es que son incapaces de comprender que un catalán pueda estar en contra, porque han sido adoctrinados en la idea monomaníaca de que el "estado español" es una estructura impuesta, completamente ajena a Cataluña. Son verdaderos analfabetos históricos, aleccionados por el tebeo nacionalista protagonizado por los almogávares, los malvados Felipe V y Franco, y el mártir Lluís Companys.

Si Cataluña llega a independizarse, el grueso de los independentistas (aquellos que se han tragado la milonga del Madrid ens roba) no tardará en despertarse en medio de una terrible resaca. No obstante, ahí van a estar los Orioles, con sus padres, para intentar sostener el código fuente de Mátrix, culpando mientras puedan a Madrid y a la quinta columna. Y no hay duda de que este esfuerzo será recompensado con la adecuada cuota de poder. Los Orioles proliferarán en la política catalana.

Pero, por supuesto, todo esto son menudencias, comparado con lo que sucederá cuando puedan votar todos los Mohamed que creen que el "estado español" es una estructura impuesta, completamente ajena a Al-Ándalus.