Me parece muy respetable, faltaría más, que haya quien no quiera marcar la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta.
Personalmente, la que no he marcado nunca es la de "fines sociales", sencillamente porque desconozco qué parte de mis impuestos irá a parar a grupos terroristas, a través de ONGs que encubren sus verdaderas actividades con hipócritas palabras como "paz", "solidaridad" o "derechos humanos".
El pasado sábado fue detenida en Madrid una ciudadana española, acusada de colaboración con las FARC colombianas. Esta persona había trabajado en una ONG llamada OSPAAAL (Organización de Solidaridad con los Pueblos de África, Asia y América Latina). Una elemental indagación en Internet nos permite descubrir que tras las declaraciones de "promoción de la paz y de los derechos humanos entre los pueblos", se ampara una organización comunista cubana que apoya (ideológicamente, como mínimo) a diversos movimientos extremistas, antiliberales y antioccidentales de todo el mundo.
La administración socialista subvencionó a OSPAAAL, entre el 2006 y el 2007, con cerca de 40.000 euros. Años antes, en 1998, el Ayuntamiento de Valencia también aportó unos 20.000 euros a esa organización "no" gubernamental (nacida en un país donde todo es del gobierno, y financiada por gobiernos). Me gustaría saber realmente cuánto dinero recaban en conjunto este tipo de tapaderas. Mientras tanto, ya digo, ni borracho marco la casilla de fines sociales.