sábado, 30 de junio de 2007

Garantismo selectivo

El Supremo acaba de cubrirse de gloria otra vez. De ahora en adelante, el que participe en una manifestación que no sea grata al gobierno, podrá ver cómo viene la policía al día siguiente a detenerle a su casa. El pretexto es lo de menos, sobre todo con la colaboración de nuestras serviles televisiones públicas y privadas, un pisotón se puede convertir en un magnicidio frustrado. En cambio, cuando a ministros del PP intentaron lincharles en Barcelona, en el 2004, ahí no ha pasado nada. Pero claro, la derecha es represora, autoritaria, y bla bla bla.

jueves, 28 de junio de 2007

La falacia de los extremos

Va cobrando forma la aparición de un nuevo partido promovido por Fernando Savater, Rosa Díez y los escindidos de Ciutadans. Veremos en qué acaba la cosa, pero me da la sensación de que se está repitiendo otra vez lo de Ciutadans, con declaraciones de equidistancia que no sé si entusiasmarán a algunos. A mí desde luego no. El partido en el poder negocia con Eta, y la oposición está en contra. Si partimos del principio según el cual es inadmisible negociar nada con criminales, no puede haber un término medio. Se negocia o no se negocia. Cualquier término medio supondrá decantarse hacia la postura de los que ven lícito negociar. Sin duda, los de Savater están por suscribir este razonamiento. Pero es que lo mismo puede afirmarse de otras cuestiones primordiales. Si yo creo que un mercado lo más libre de trabas posible es el mejor garante de la prosperidad, cualquier postura intermedia o "tercera vía" entre esta creencia y el socialismo no será la óptima para mí. Aludir en este caso, como el anterior, a la inconveniencia de los extremos, es incurrir en falacia. Naturalmente, en la cuestión del terrorismo Rosa Díez y compañía coincidirán con el PP. Pero en otras, como la actitud ante la economía de mercado, previsiblemente optarán por el aguachirle de siempre, por la lógica borrosa de "huir de los extremos" que caracteriza a la izquierda y a parte de la derecha. No veo qué ganaremos con ello.

Ladrones en Google

Si escribimos ladrones en Google, ¿qué resultado obtenemos en tercera posición? La Sociedad General de Autores, además de querer cobrarnos por comprar discos vírgenes, ordenadores, reproductores de música, etc, quiere obligar a las operadoras a revelar datos de sus clientes para perseguir a los internautas que intercambian archivos. Todo ello, dicen, por proteger a los creadores. Siempre que alguien quiere recortar las libertades, enarbola la protección de algún colectivo, sean los trabajadores, las mujeres, los agricultores o los que se dejen. O dicho de otro modo, cuando alguien emplea el verbo "proteger", ya podemos temblar. (Creo que fue Cioran quien dijo aquello de que todo el que pronuncia la palabra "nosotros" es un impostor.) Ni que decirse tiene que los supuestos protegidos suelen salir no menos perjudicados que el resto. Las leyes de salario mínimo incrementan el paro, las de cuotas impiden que una lista electoral con el 100 % de mujeres se presente, los subsidios agrarios desincentivan las mejoras en el campo... ¿Y los músicos? ¿Les beneficia que se persiga al público al que le gusta escucharlos por ejemplo en una tarjeta de memoria insertada en el coche?

miércoles, 27 de junio de 2007

Leyes seudoprogresistas

El artº 25.2 de la Constitución empieza así:

Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación (sic) y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados.

Yo sustituiría esta frase por lo siguiente:

Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas,
  1. A la protección de la sociedad y especialmente de las víctimas.
  2. A la reinserción social del delincuente, siempre y cuando ésta sea posible

Hecha esta reforma, entonces se podría elaborar un código penal y una ley penitenciaria como Dios manda, para que no sucedieran cosas como las que estamos viendo.


lunes, 25 de junio de 2007

Falsedades seudoprogresistas

La lista puede ser muy larga. Sin pretensión de exhaustividad, ahí van algunas (el orden es arbitrario):
  • La pobreza del Tercer Mundo se debe a la riqueza de Occidente.
  • La causa de la violencia es la pobreza.
  • Las guerras siempre tienen causas económicas.
  • Todos los científicos coinciden en el origen humano del cambio climático.
  • La guerra civil española fue un conflicto entre demócratas y fascistas.
  • La Gran Depresión de los años treinta se debió al "capitalismo salvaje".
  • El mercado libre beneficia más a los ricos que a los pobres.
  • El Islam es una religión pacífica.
  • Las diferencias psicológicas entre hombres y mujeres son producto de la educación.
  • Etc.

domingo, 24 de junio de 2007

Atentado en El Líbano

Dos soldados españoles y tres colombianos muertos, informa Libertad Digital. No es momento de recriminaciones al gobierno, dice Barcepundit. Pero España ya se retiró de Iraq como consecuencia de un atentado (islamista o no, esa no es la cuestión ahora). Cabe preguntarse si los terroristas no valoran esto a la hora de elegir a sus víctimas. Quien muestra debilidad ante ellos, les anima a seguir asesinando, pues les hace creer que pueden vencer.

Reagan y el Muro

Hace veinte años que Ronald Reagan, en un memorable discurso pronunciado en Berlín, pidió a los soviéticos que derribaran el Muro. No se quedó sólo en retórica, sino que defendió un programa de escudo antimisiles que los tontos útiles de siempre se empeñaron en ridiculizar (la guerra de las galaxias, lo llamaron) y criminalizar a la vez. En lugar de una estrategia defensiva, lo vieron como algo que incrementaría aún más la carrera de armamentos. Ocurrió todo lo contrario, como es sabido, y al final el Muro fue derribado. Estas historias de profecías incumplidas son consustanciales del discurso de izquierdas. Dijeron que si Aznar ilegalizaba Batasuna, la situación en el País Vasco empeoraría. No sólo no pasó eso entonces, sino que cuando Zapatero ha hecho lo contrario, la situación sí ha empeorado ostensiblemente. Ídem de ídem con el muro levantado por Israel para defenderse de los terroristas suicidas, y que en el colmo de la desfachatez, comparan con el de Berlín, cuyo propósito fue impedir las fugas masivas del paraíso socialista. No, si al final enseñarán a los niños que el Muro fue obra de los malvados capitalistas.

jueves, 21 de junio de 2007

Dextrofobia

Si algo bueno tiene la derecha, cuando no se avergüenza de su propio nombre, y se atreve a expresarse fuera de vacuas retóricas centristas y todo eso de la buena gestión, etc, es que por definición no puede ser seudoprogresista. El mero hecho de que alguien ose ir contra la corriente de lo políticamente correcto ya merece mis simpatías, incluso cuando sus motivos sean distintos de los míos. Abundan quienes se sienten obligados a aclarar, siempre que denuncian las falacias de la progresía, que "yo de derechas no tengo nada". Acostumbran a personalizar, blasonando de su antipatía hacia tal o cual figura de la derecha política o mediática (Aznar, Acebes, Jiménez Losantos; el ritual suele circunscribirse casi siempre a los mismos), dando por sentado que todos estamos al tanto de las razones por las que tales personajes son supuestamente impresentables. Quizá una íntima carencia de seguridad en las propias convicciones lleve a algunos a preocuparse en exceso del qué dirán cuando las exponen, entre toda clase de cautelas, ojo, que no me confundan con... Naturalmente sólo consiguen que sus adversarios ideológicos se crezcan, al informarles involuntariamente de que tienen un punto débil, de que ya han interiorizado las demonizaciones preferidas de la izquierda, y por tanto pueden serle útiles en determinado momento. Bastará que un día, cualquier comisario intelectual condescienda a mencionarles con envenenada aprobación, para reducirlos a la nada, a ser asimilados por el establishment. Les estaría bien empleado.

miércoles, 20 de junio de 2007

De progres y progresistas.

¿Por qué no "progre", en lugar del palabro "seudoprogresista" que encabeza este blog? Después de que Juan Carlos Girauta haya fijado rigurosamente el término, distinguiéndolo del progresismo digno de ese nombre en un estupendo libro, sopesé esa opción. Pero si me he decidido por la palabreja es por el siguiente motivo: Me niego a dar por definitivamente perdida la batalla de las palabras. Para mí, los que se hacen llamar progresistas no nos conducen al progreso, sino todo lo contrario. Así que en este sitio, sin desestimar el uso ocasional de "progre", me propongo anteponer sistemáticamente el prefijo seudo, siempre que emplee el término progresista, para referirme tanto a los progres en su acepción girautiana como a la izquierda seria (pero no por ello menos errada). En cuanto a la derecha, el tema se merece otra entrada.

domingo, 17 de junio de 2007

Arrogancia intelectual vs. religión

Bertrand de Jouvenel, en su libro Sobre el poder, señala como la religión, en contra de lo que se suele pensar, ha servido más para limitar el poder que para justificarlo. Incluso Voltaire reconoció que confiaría más en la justicia de un creyente que en la de un ateo, aunque algo incoherentemente defendió también la viabilidad de una sociedad de ateos. Lo que está claro es que en un estadista los escrúpulos religiosos, o la necesidad de aparentarlos, tenderán a limitar su poder. En cambio, no puedo imaginar nada más peligroso que un dirigente henchido de buenas intenciones, y capaz de justificar cualquier medio en aras del Bien Común, la Paz o cualquier otro absoluto de sobrecogedora vaguedad. Pero hay una razón más profunda para no relegar la religión a una supuesta etapa infantil de la evolución humana. Y es que el entendimiento humano es demasiado limitado para poder decidir la cuestión de la existencia de Dios. Esa arrogancia de los que "saben" que Dios es una ficción va estrechamente ligada a la de creer que el Estado sabe lo que nos conviene mejor que nosotros mismos, que Greenpeace sabe lo que ocurrirá dentro de 50 años con el clima y que la verdad acerca del 11-M será la que digan los jueces, en su infinita sabiduría. Lo cual no obsta para que la religión que predique la guerra santa y sentencie a muerte a los blasfemos sea objeto de trato diferenciado en la heroica república de las artes y las letras.

Elogio de la duda

Lo que caracteriza al discurso dominante es que los que se reconocen en él no dudan. Piensan que los males de este mundo, reales o imaginarios, se solucionarán no dando más libertad a los individuos y a la sociedad civil, sino todo lo contrario. Ellos abogan por aumentar aún más las constricciones normativas y la presión fiscal, el tamaño de unas burocracias con vocación de regular todos los aspectos de la vida, el poder, en suma, de una minoría (qué otra cosa es el
Poder, si no) sobre la gran mayoría. Naturalmente, nunca lo expresan de esta manera. Hablan de las imperfecciones del mercado, en una tertulia relajada. Del capitalismo salvaje, en un contexto más apasionado. De los oligarcas a sueldo del Imperio, si se trata de un dictadorzuelo venezolano cerrando un canal de televisión. (Inciso: En realidad, las grandes corporaciones suelen optar por estar a bien con el poder político, no sólo por evitarse problemas, sino porque no ven con desagrado un intervencionismo que siempre perjudica más a posibles competidores emergentes que a los establecidos. No en vano, los mayores beneficios del capital se producen en países poco o nada democráticos, donde las trabas al libre mercado y la corrupción alcanzan las mayores cotas, como ya viera Adam Smith. Fin del inciso.)

He dicho que quien defiende, consciente o inconscientemente, el discurso del Poder, no siente dudas. El partido tal defiende a los trabajadores, y ya está. Por tanto, el que se opone está con los ricos. Los prejuicios son simplistas por definición, y de ahí deriva su fuerza. En teoría, todo el mundo prefiere la libertad a la tiranía, pero esta última se ha disfrazado siempre de Pueblo. Contra este engaño eterno, la libertad posee un arma llamada duda. Dudar de la propaganda, sobre todo cuando nos la sirven como muestra de espíritu crítico, "transgresor", que dicen nuestros funcionarios culturales, vulgo artistas. Dudar de la duda, si es necesario, cuando quieren enfrentarla al sentido común, siendo como son aliados naturales.

Un libro que no recomendarán en Educación para la Ciudadanía

Para un análisis clarividente del establishment político-mediático-académico europeo: Bruce Bawer, Mientras Europa duerme, pág. 76 y ss. Difícil añadir nada. Crítica hiperlúcida de un neoyorquino residente en Europa al elitismo de nuestra clase política e intelectual, acostumbrada a tachar como populista (en España se dice "facha") toda discrepancia. Gracias, Sr. Bawer, por escribir estas páginas. El libro lo he devorado... (Iba a decir "literalmente", como algunos analfabetos colegiados.) Soy omnívoro, pero no tanto. O será que no estoy colegiado.