domingo, 24 de junio de 2007

Reagan y el Muro

Hace veinte años que Ronald Reagan, en un memorable discurso pronunciado en Berlín, pidió a los soviéticos que derribaran el Muro. No se quedó sólo en retórica, sino que defendió un programa de escudo antimisiles que los tontos útiles de siempre se empeñaron en ridiculizar (la guerra de las galaxias, lo llamaron) y criminalizar a la vez. En lugar de una estrategia defensiva, lo vieron como algo que incrementaría aún más la carrera de armamentos. Ocurrió todo lo contrario, como es sabido, y al final el Muro fue derribado. Estas historias de profecías incumplidas son consustanciales del discurso de izquierdas. Dijeron que si Aznar ilegalizaba Batasuna, la situación en el País Vasco empeoraría. No sólo no pasó eso entonces, sino que cuando Zapatero ha hecho lo contrario, la situación sí ha empeorado ostensiblemente. Ídem de ídem con el muro levantado por Israel para defenderse de los terroristas suicidas, y que en el colmo de la desfachatez, comparan con el de Berlín, cuyo propósito fue impedir las fugas masivas del paraíso socialista. No, si al final enseñarán a los niños que el Muro fue obra de los malvados capitalistas.