miércoles, 25 de febrero de 2009

Camareros inmortales

La inmortalidad es posible, o al menos hay quien lo cree, como aquel personaje de Clarín que abrigaba "una vaga y disparatada esperanza de no morirse... ¡La medicina progresa tanto!".

La otra tarde escuché en la radio que, según un informe, el endurecimiento de la ley antitabaco "salvaría las vidas" de miles de trabajadores de la hostelería. No soy fumador, y desde luego no seré yo quien ponga en duda los efectos perjudiciales del tabaco para la salud. Pero cierta clase de extrapolaciones estadísticas me dejan atónito.

Porque claro, ¿quién podrá oponerse a una reglamentación que supuestamente salvará miles de vidas? Sin embargo, qué quieren, me resisto a creer que el dueño de un bar donde se permite fumar sea poco menos que un criminal contra la humanidad, mientras que los legisladores dispuestos a aprobar el aborto libre deban ser vistos como sus benefactores. Y es que siempre he temido mucho más la benevolencia del diputado que el egoísmo del cervecero.

viernes, 20 de febrero de 2009

Los políticos nunca tienen la culpa

Transcribo aquí este agudo comentario a la ilustrativa entrada (no os perdáis las gráficas) del siempre interesante GurusBlog:

No tengo ninguna duda de que el origen de la violencia de esta crisis está vinculada a la “sabia” decisión del Sr. Greenspan que a raíz de los atentados del 11-S decide que era necesario dar liquidez al mercado. En un entorno donde los tipos estaban en plena recuperación se forzó una bajada bestial y rápida. Europa los siguió, aunque un poco más despacio. Esto generó la aparición de una enorme cantidad de dinero especulativo (ahorro mal remunerado + crédito barato) que inundó todos los mercados.

Si a esto añadimos algunas decisiones también muy bonitas... Estoy hablando de Basilea II donde decidieron esta sandez del TIER 1. Sabéis que después de firmar Basilea II los ministros de finanzas se quedaron todos contentos garantizando que a partir de su puesta en funcionamiento, la solvencia de los bancos estaría totalmente controlada (es para morirse de risa, les salió de lujo). Obligaban a los bancos a mantener una relación entre su capital y su nivel de préstamos. Esto obligó a los bancos a titulizar sus préstamos emitiendo bonos con garantía de los mismos (de esta forma retiraban los préstamos del balance del banco) ¿A que no tenéis ni idea de quién compraba estos bonos? Pues claro, ellos mismos. De esta forma estos préstamos desaparecían de los bancos que los habían concedido, y no volvían a aparecer en los bancos que compraban los bonos. De esta forma simplemente estos préstamos desaparecían de todos lados. ¡¡¡ Genial!! Así controlaban la solvencia de los bancos.
¿Queréis saber qué tal salió la cosa? Pues que os voy a decir, más bien mal. Sabíais que cuando se reunieron los G-20 o lo que sea para analizar la crisis, no hablaron para nada de estos errores (tipos forzadamente bajos, Basilea II). Los políticos nunca tienen la culpa. La culpa es de la gente que es básicamente mala (los promotores, los bancos, los especuladores, los compradores, los que piden créditos … menos ellos casi todo Dios).

miércoles, 18 de febrero de 2009

El peligro del reguetón

Pau Valero, en una entrada de su blog de e-Notícies, compara con los integristas islámicos a quienes denuncian que el castellano está perseguido en Cataluña. Para sostener semejante tesis (por llamarla de algún modo) procede de la siguiente manera: Primero, evoca una clase de personas ("todos sabemos de quién hablo") que pese a residir en Cataluña se caracterizarían por su rechazo frontal a integrarse en ella, negándose por principio a aprender el catalán y a contaminarse de cualquier rasgo cultural autóctono. A continuación, identifica a estos anticatalanes viscerales -de los que dice conocer a... uno ("només un cas però força significatiu") con grupos como estos:

-Quienes se hacen del RCD Espanyol para mostrar "su rechazo al país".

-Aquellos que sólo escuchan flamenco o reggaeton.

-Los que no sintonizan nunca canales de televisión o emisoras en catalán.

-Y por supuesto, aquellos que denuncian la persecución del castellano, influidos por "elementos externos al país".

Naturalmente, todo esto es tan monstruoso que cualquier persona automáticamente piensa en los terroristas de Hamas. Suerte que la Generalitat está volcada en el objetivo de que los inmigrantes musulmanes aprendan catalán en lugar de castellano. En Cataluña se podrán quemar banderas de Israel, atacar sinagogas y organizar células de terrorismo islamista, pero mientras los adolescentes prefieran el rock catalán al reguetón, todavía habrá esperanza.

domingo, 15 de febrero de 2009

Medidas de verdad contra la crisis

España se dirige a pasos agigantados, por la conjunción fatal de la crisis económica y el gobierno de Rodríguez Zapatero, hacia la argentinización. En la oposición no falta gente lúcida como Alejandro Fernández que lo está señalando, pero el mensaje oficial del PP es tan timorato (por decirlo suavemente) que el gobernador del Banco de España parece por contraste un radical.

Jorge Valín propone en un artículo claro, breve y contundente (Medidas contra el colapso laboral, publicado en LD) las medidas que transcribo a continuación para combatir la crisis económica, y por tanto también la política. Hay que difundirlas todo lo posible, sin esperar a que ningún partido político las adopte. Es el momento de la sociedad civil.

Medidas de Valín:
  • Permitir el libre despido en todos los sectores: Penalizar el despido equivale a penalizar la contratación. Si es absurdo que a una empresa se le pongan problemas para contratar a gente, también lo es obstaculizarle que pueda despedir a empleados. Lo primero que pregunta una compañía cuando entra en un país es cuánto le costará irse. Si los costes son elevados, se irá a otras regiones más baratas como China o Marruecos, o más productivas como Alemania y Francia.
  • Eliminar el salario mínimo (SMI): La gente con poca destreza laboral o de nueva incorporación sólo cuenta con una ventaja comparativa respecto a la hábil y experimentada: cobra menos. Si por decreto los políticos le asignan el mismo sueldo que una persona experimentada, inevitablemente se quedará desempleada. En España, el 30% de los jóvenes están parados. El SMI es su principal obstáculo para encontrar un trabajo, aprender, ahorrar y prosperar.
  • Eliminar el 50% de los funcionarios: España tiene el mismo número de funcionarios que Alemania con la mitad de población. La economía de verdad, la que sirve al consumidor y a la gente, necesita que el máximo número de personas estén en el sector privado dando valor al mercado. Los funcionarios, aparte de para comprar votos, sólo sirven para vivir de nuestras rentas sin producir nada.
  • Eliminar el Servicio Público de Empleo Estatal (INEM): El INEM es incapaz de colocar a nadie. Sus servicios sólo causan frustración y desespero. Las ETT ya se han ofrecido para recolocar parados sin coste alguno para el Estado. Estas empresas han de poder dar trabajos permanentes sustituyendo al ineficiente INEM. Sólo Infojobs da empleo a un millón de personas al año. Permitamos que crezca.
  • Eliminar los impuestos a empresas y trabajadores: La mitad de su salario real son impuestos. Si el Gobierno quiere aumentar nuestras rentas y crear más empleos de forma inmediata, ha de erradicar el robo tributario, aunque sea temporalmente.
  • Reducir drásticamente o eliminar el subsidio de desempleo: Cuanto más dure el subsidio de desempleo, más durará la estancia en el paro. Mucha gente se toma meses sabáticos al quedarse sin trabajo. Entre los jóvenes especialmente, las rentas del subsidio son más altas que las de muchos empleos. Cobrar sin hacer nada. ¿Quién se puede negar a algo así? Pero, ¿cómo esperamos levantar un país donde la gente quiere vivir del Estado, cuando es el Estado quien vive de nosotros? En esta fórmula sólo hay pérdidas netas totales.
  • Eliminar los trámites burocráticos para la creación de empresas: Un empresario en España necesita el doble de procedimientos burocráticos para abrir su negocio que la media de los necesarios en los países de la OCDE. Si usted quiere crear una peluquería en Aragón, le costará unos 200 días sólo en trámites. Esto no le hará cortar el pelo mejor a sus clientes.
  • Eliminar todas las subvenciones: El dinero que el Estado nos arrebata para dárselo a sus amigos, actores, medios de comunicación, agricultores, empresas ecologistas, etc. son éticamente un robo y económicamente un despilfarro que castiga la productividad y los designios del consumidor. Las subvenciones son un intento de economía dirigida y compra de votos que sólo distribuye el dinero de muchos hacia unos pocos que quieren vivir a costa de los demás. Es parasitismo en estado puro.
  • Eliminar las licencias: Si usted sabe cocinar, puede abrir un puesto de comida. El mercado, y no las absurdas licencias del Estado, decidirán si usted sirve bien la comida o no.
Véase también, en esta línea, El Manifiesto de las Clases Medias, de Enrique de Diego, un texto fundamental. Esto podrá ser utópico, pero sólo con que se cumpliera semejante programa en un tercera parte, el progreso sería fenomenal.

jueves, 12 de febrero de 2009

Eluana: Respuesta a Albert Esplugas

Al último artículo de Albert Esplugas sobre la muerte de Eluana cabe objetar lo siguiente: Según él, si no admitimos el concepto de auto-propiedad de nuestro cuerpo, se siguen "absurdas conclusiones", como que el Estado me pueda dictar lo que puedo comer o no. Ahora bien, de ese principio también se siguen conclusiones que no todos estamos dispuestos a aceptar. Imaginemos que descubro a alguien a punto de tirarse de un puente, con ánimo evidente de quitarse la vida. Según la ética rothbardiana, lo máximo que puedo hacer es tratar de persuadirle de que no lo haga, pero no tengo ningún derecho a impedírselo. Si llamo a los bomberos para que coloquen una red que amortigüe la caída, estoy lesionando el derecho de ese señor a disponer de su propio cuerpo.

Bien, no sé si Esplugas estará de acuerdo con esta conclusión, pero en todo caso no me parece ni más ni menos absurda que aquella según la cual el Estado puede limitar mi derecho a comer hamburguesas. En mi opinión, no hay nada esencialmente ilógico en el hecho de que el Estado se inmiscuya hasta en el último detalle de nuestras vidas, y no por ello dejo de estar rotundamente en contra. Luego trato de explicarme.

Otra cosa distinta -y esto me lleva a una segunda objeción- es la cuestión de si es lícito quitarle la vida a alguien (con su consentimiento) cuando ése es el único modo de poner fin a un sufrimiento insoportable. Hay que decir que se trata de una situación extrema y menos frecuente de lo que gustan de plantear los partidarios de la eutanasia, salvo que juguemos con la imprecisión del término sufrimiento, que puede albergar un sentido psicológico (¡o incluso existencial!) muy amplio. Pero planteémosla de todos modos. Imaginémonos dos amigos que se encuentran alejados de la civilización, sin esperanza de recibir a tiempo ningún tipo de asistencia médica. Uno de ellos sufre un accidente o enfermedad grave que le produce dolores intolerables, hasta el extremo de que le suplica a su compañero: "¡Mátame!" Si el amigo no accede a su ruego, el otro morirá con toda seguridad, pero después de una larga y cruel agonía. Si lo mata, le ahorra ese calvario inútil. ¿Qué harían ustedes? Personalmente, accedería al ruego de mi amigo, aunque no sin experimentar un angustioso conflicto.

Ahora bien, el caso de Eluana, como el de otros muchos que saltan a los medios de comunicación, no es ese. No tenemos razones para pensar que está sufriendo físicamente. Por tanto, cuando al final del artículo Esplugas introduce innecesariamente para su razonamiento la expresión "enorme sufrimiento" (aun sin referirse a Eluana) traiciona el estilo sobriamente lógico de su argumentación para acabar cayendo en la manipulación emocional tan en boga cuando de estos temas se trata.

Del mismo modo que puede haber quienes acepten la despenalización del aborto bajo determinados supuestos, pero están en contra del aborto libre, puede haber quien acepte la eutanasia en casos límites como el descrito, pero no en los demás. Es decir, defender el aborto apelando a casos como el de la violación, etc o la eutanasia aludiendo al dolor físico, para luego extrapolar su validez a todos los demás, es sencillamente hacer trampa.

El problema de fondo se halla en el intento de basar la ética en premisas racionales. Se trata de una vieja ilusión. La razón en sí misma no podrá dictaminar jamás lo que está bien y mal, como dejó claro David Hume en el siglo XVIII. Ahora bien, la alternativa no es únicamente alguna forma de convencionalismo estricto o de relativismo. Creo que existen otras dos, no necesariamente incompatibles. Una es la evolucionista, que consiste en ver en las normas morales tradicionales (no matar, no robar, etc) el resultado de un proceso evolutivo que ha permitido sobrevivir a la sociedad hasta ahora, y del que por tanto sería temerario hacer tabla rasa por motivos de tipo constructivista (Hayek, La fatal arrogancia). La otra alternativa es suponer un origen trascendente de la moral tradicional, que es la posición clásica de Locke, y que en la actualidad se tiende a descartar demasiado a la ligera.

Generalmente, fuera de círculos intelectuales, la izquierda no suele ser constructivista en un sentido consistente. Es más bien una basura sentimentaloide y manipuladora, que trata de minar la moral tradicional por el procedimiento de presentar a todos sus defensores como seres insensibles, oscurantistas y crueles. El resultado objetivo, más o menos remoto, del relativismo (independientemente de que se pretenda de manera consciente o no) es un Estado mucho más poderoso al quedar liberado de constricciones morales rígidas. Cuando todo es relativizable o justificable de algún modo, una gran mayoría de la población no se indigna, y menos aún se subleva, por nada que no le afecte directamente, porque todo es opinable y discutible; nada es sagrado, ni siquiera la propia vida.

Por supuesto, que las consecuencias de una idea sean indeseables, no demuestra que esa idea sea falsa. Sólo nos invita a ser mucho más prudentes, o si se prefiere, conservadores.

lunes, 9 de febrero de 2009

¿Se puede ser más idiota?

La última campaña del PP de Cataluña me deja estupefacto. Propone cien medidas para combatir la crisis. Desde luego, si se aplicaran una docena de ellas, serían mil veces mejores que el plan de Zapatero de construir piscinas y polideportivos. Pero ¿por qué tienen que esconderlas entre nada menos que cien propuestas -muchas de ellas vaguedades obvias o redundantes? Lo peor, sin embargo, no es la manía de acumular "paquetes" de medidas que casi nadie lee, sino que empleen la imagen de Obama para generar -explican- "ilusión". O sea, a la derecha, cuando quiere llegar mejor a la gente, no se le ocurre nada mejor que acudir a un personaje como Obama, cuyo discurso se ha caracterizado por ser el más izquierdista de un presidente norteamericano que se recuerda.

Esto me trae a la memoria un sketch de "Los clones", humoristas de Intereconomía TV que suelen tener bastante gracia, pero que en esta ocasión no estuvieron muy sutiles. Parodiando los muñecos de "Ábrete Sésamo", nos venían a decir que Zapatero y Pepiño Blanco se las dan de izquierdas, pero cuando les conviene son de derechas. ¿Y qué es ser de derechas? Pues dar ayudas a los bancos, vender armas a Israel y tener un ático en primera línea de mar. Lo jodido es que (aunque lógicamente no puedo probarlo) estoy seguro de que la mayoría de seguidores de la cadena, que son de tendencia conservadora, habrán encontrado de lo más agudo el sketch.



A mí, vender armas a Israel no me parece mal, dejando de lado que lo mejor sería que no hubiera guerras y bla bla bla. Lo que sí me parece mal es que se vendan a Irán, cuyo presidente no ha ocultado sus deseos de borrar a Israel del mapa. Pero lo que está claro es que aquí se considera mal vender armas a cualquiera, y lo malo, por lo visto es de derechas. Da lo mismo que la derecha intelectual más solvente, que es la liberal, se oponga por principio a las subvenciones e inyecciones masivas de dinero público. Ayudar a los ricos con el dinero de los contribuyentes, al igual que pasarse las leyes medioambientales por el forro, es de derechas y punto.

Luego no nos sorprendamos de que mucha gente no quiera ser calificada de derechas. Nadie quiere ser considerado un cabrón, pero aún teme más parecer idiota. ¿Quién deseará pertenecer a un club cuyos miembros no se respetan a sí mismos?

domingo, 8 de febrero de 2009

No compréis libros de Antonio Gala

Casi nunca leo la colaboración de Antonio Gala en El Mundo, a pesar de su brevedad. Cuando lo hago, su simplismo me parece tan sonrojante que me disuade de repetir la experiencia por una buena temporada.

En su tronera de este domingo, Gala arremete contra Ratzinger por levantar la excomunión a un obispo negador del Holocausto. Pero bien haría en recordar lo que dice el Evangelio acerca de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio. Justo a la izquierda de su suelto, la certera columna de David Gistau (Las razones de la turba), nos descubre a quienes no lo leímos lo que escribió Gala el jueves pasado sobre los judíos. Vale la pena reproducirlo sin omitir una coma:

Pueblo elegido

DEBE estar claro: que se hayan cometido contra un pueblo delitos genocidas o antihumanos, no le autoriza a cometerlos él. El sionismo equivale a un fundamentalismo y es, por tanto, ciego y vengativo. Que no se escuden quienes usan Israel (no todos) en lo que contra ellos se realizó. Como compensación, se arrebató a otro pueblo su geografía -sólo parte- para crear o recrear una nación preferida de Dios. Dio mal resultado: rebrotó la codicia y el afán de extensión, el desprecio a otros pueblos y a sus vidas y a sus posesiones, y resucitó el terrorismo... Ahora no quiere convivir. Sin paz, sin límites, sin freno a la avaricia y a las falsas historias, el pueblo judío sucumbirá de nuevo. Como le sucedió en unas cuantas ocasiones: progromos, guetos voluntarios o no, exterminios, persecuciones, expulsiones... Desde Egipto a Sefarad, desde Canaán a Sión: todas tierras prometidas. ¿No haría bien preguntándose el porqué le ocurre siempre igual? ¿O estará el resto del mundo equivocado?

Negritas mías. Es difícil acumular tal cantidad de falsedades y estupideces en tan pocas líneas, pero aquí lo grave, como bien ha señalado Gistau, se halla en la interrogación final, que cae de lleno en el antisemitismo explícito, en el viejo "algo habrán hecho los judíos, para que siempre hayan sido perseguidos".

Ya está bien que el progrerío profiera las mayores aberraciones y le salga gratis. Desde aquí propongo que no compremos libros de Antonio Gala (si es que alguien lo hace).

miércoles, 4 de febrero de 2009

La crisis en 99 palabras

Una crisis económica es resultado de un exceso de endeudamiento. A esto se llega por un error de cálculo: El sujeto en crisis creyó que podría cumplir sus compromisos sin dificultades, pero se equivocó, porque no disponía de información correcta. Esto ocurre cuando las autoridades monetarias distorsionan el sistema de precios fijando unos tipos de interés artificialmente bajos, entre otras medidas. En esta situación, sólo hay dos salidas posibles: O no satisfacer las deudas, con lo cual se pierde todo crédito, o hacer frente a los pagos restringiendo los gastos -lo contrario de lo que hace un gobierno socialista.

Algunos juzgarán demasiado simple esta explicación, y sin duda lo es, pero todavía hay explicaciones más irresistiblemente simples, de sólo seis o siete palabras, del tipo: La crisis es culpa del capitalismo, la avaricia, los neocón, etc. Ante la capacidad de simplificación de los socialistas, los liberales debemos descubrirnos: Jamás llegaremos a su altura.

martes, 3 de febrero de 2009

Populismo onomástico

El alcalde socialista de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros, anunció hace unos días que el ayuntamiento apadrinaría a todas las niñas llamadas Tecla (patrona de la ciudad) que nacieran en adelante. Eso incluye desde becas de estudio hasta regalos el día de Reyes, o la tradicional mona de Pascua.

Hoy hemos comentado esta arbitrariedad de tintes bolivarianos en la tertulia de Cope Tarragona de los martes, y yo dije que me parecía curioso el afán de los socialistas -que tanto se llenan la boca con la palabra igualdad- por discriminar a los ciudadanos, por un motivo u otro.

De hecho, el pretexto para la discriminación es siempre proteger algo o a alguien (en este caso, una supuesta tradición onomástica). El moderador, Marc Solé, señaló algo en lo cual la verdad es que no había reparado, y que encaja significativamente con esta obsesión proteccionista. Dijo que en el futuro podría ocurrir que las chicas llamadas Tecla no podrían eludir la sospecha de haber recibido su nombre por mero cálculo interesado de los padres. En efecto: si una cosa caracteriza al socialismo, es que siempre acaba jodiendo aquello o a aquellos a los que "protege".

domingo, 1 de febrero de 2009

Mauthausen y los soldados de Salamina

8.964 españoles fueron deportados a los campos de concentración nazis, según el censo más completo realizado hasta ahora. La gran mayoría (7.347) fueron destinados a Mauthausen, y el 59 % del total no vivieron para contarlo. Un 4 % desapareció, por lo cual sólo el 37 % fue liberado por los aliados al terminar la guerra.

Hace pocos meses conocí al hijo de un superviviente de Mauthausen, Francesc Sentís, que vivió prácticamente desconocido en Tarragona durante muchos años, hasta su muerte en 1998. Escribí un artículo en dos partes (en catalán) sobre su figura en el digital Tot Tarragona. Quiero aclarar que en absoluto soy ningún experto en el tema, simplemente sentí extrañeza porque ni siquiera a nivel local Sentís fuera conocido, y pretendí llenar ese vacío tratando de contactar con la familia. Aunque mis averiguaciones han sido hasta ahora bastante elementales, más de una vez me acordé de la excelente novela de Javier Cercas, Soldados de Salamina, o del más reciente libro de Toni Orensanz, L'òmnibus de la mort: parada a Falset, obras donde se aborda el tema de la guerra civil con un enfoque, por así decirlo, biográfico-detectivesco.

Lo cierto es que, por lo que yo sé, Francesc Sentís sólo aparece mencionado en un libro, Els catalans als camps nazis, de Montserrat Roig, pero sin el acompañamiento de ningún dato biográfico. Así que, aunque me esté mal decirlo, si ustedes buscan su nombre en Google, la única información que encontrarán es la obtenida por mí.

Por cierto que, pese a su valor literario, Soldados de Salamina me pareció algo tramposa. Juega hábilmente con el escepticismo y la ironía, para acabar rindiendo culto (una vez más) al mito de que quienes combatían en el ejército de la república fueron la última encarnación de los eternos defensores de la civilización frente a la barbarie, en una obvia reedición a la inversa de la propaganda franquista sobre las "hordas rojas".

Para mí, los auténticos soldados de Salamina fueron quienes desembarcaron en Normandía, y un año más tarde liberaron a los prisioneros de Mauthausen. Bien es cierto que para los españoles como Francesc Sentís no terminaron ahí sus peripecias, pues no podían volver sin más a la España de Franco, pero al menos habían logrado lo más difícil, sobrevivir a la barbarie nazi. Y eso merece también todo nuestro reconocimiento, independientemente de que en sus posteriores trayectorias vitales hicieran alarde o no de viejas militancias -o simplemente de sus circunstancias geográficas en el verano del 36.