viernes, 20 de febrero de 2009

Los políticos nunca tienen la culpa

Transcribo aquí este agudo comentario a la ilustrativa entrada (no os perdáis las gráficas) del siempre interesante GurusBlog:

No tengo ninguna duda de que el origen de la violencia de esta crisis está vinculada a la “sabia” decisión del Sr. Greenspan que a raíz de los atentados del 11-S decide que era necesario dar liquidez al mercado. En un entorno donde los tipos estaban en plena recuperación se forzó una bajada bestial y rápida. Europa los siguió, aunque un poco más despacio. Esto generó la aparición de una enorme cantidad de dinero especulativo (ahorro mal remunerado + crédito barato) que inundó todos los mercados.

Si a esto añadimos algunas decisiones también muy bonitas... Estoy hablando de Basilea II donde decidieron esta sandez del TIER 1. Sabéis que después de firmar Basilea II los ministros de finanzas se quedaron todos contentos garantizando que a partir de su puesta en funcionamiento, la solvencia de los bancos estaría totalmente controlada (es para morirse de risa, les salió de lujo). Obligaban a los bancos a mantener una relación entre su capital y su nivel de préstamos. Esto obligó a los bancos a titulizar sus préstamos emitiendo bonos con garantía de los mismos (de esta forma retiraban los préstamos del balance del banco) ¿A que no tenéis ni idea de quién compraba estos bonos? Pues claro, ellos mismos. De esta forma estos préstamos desaparecían de los bancos que los habían concedido, y no volvían a aparecer en los bancos que compraban los bonos. De esta forma simplemente estos préstamos desaparecían de todos lados. ¡¡¡ Genial!! Así controlaban la solvencia de los bancos.
¿Queréis saber qué tal salió la cosa? Pues que os voy a decir, más bien mal. Sabíais que cuando se reunieron los G-20 o lo que sea para analizar la crisis, no hablaron para nada de estos errores (tipos forzadamente bajos, Basilea II). Los políticos nunca tienen la culpa. La culpa es de la gente que es básicamente mala (los promotores, los bancos, los especuladores, los compradores, los que piden créditos … menos ellos casi todo Dios).