Casi nunca leo la colaboración de Antonio Gala en El Mundo, a pesar de su brevedad. Cuando lo hago, su simplismo me parece tan sonrojante que me disuade de repetir la experiencia por una buena temporada.
En su tronera de este domingo, Gala arremete contra Ratzinger por levantar la excomunión a un obispo negador del Holocausto. Pero bien haría en recordar lo que dice el Evangelio acerca de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio. Justo a la izquierda de su suelto, la certera columna de David Gistau (Las razones de la turba), nos descubre a quienes no lo leímos lo que escribió Gala el jueves pasado sobre los judíos. Vale la pena reproducirlo sin omitir una coma:
Pueblo elegido
DEBE estar claro: que se hayan cometido contra un pueblo delitos genocidas o antihumanos, no le autoriza a cometerlos él. El sionismo equivale a un fundamentalismo y es, por tanto, ciego y vengativo. Que no se escuden quienes usan Israel (no todos) en lo que contra ellos se realizó. Como compensación, se arrebató a otro pueblo su geografía -sólo parte- para crear o recrear una nación preferida de Dios. Dio mal resultado: rebrotó la codicia y el afán de extensión, el desprecio a otros pueblos y a sus vidas y a sus posesiones, y resucitó el terrorismo... Ahora no quiere convivir. Sin paz, sin límites, sin freno a la avaricia y a las falsas historias, el pueblo judío sucumbirá de nuevo. Como le sucedió en unas cuantas ocasiones: progromos, guetos voluntarios o no, exterminios, persecuciones, expulsiones... Desde Egipto a Sefarad, desde Canaán a Sión: todas tierras prometidas. ¿No haría bien preguntándose el porqué le ocurre siempre igual? ¿O estará el resto del mundo equivocado?
Negritas mías. Es difícil acumular tal cantidad de falsedades y estupideces en tan pocas líneas, pero aquí lo grave, como bien ha señalado Gistau, se halla en la interrogación final, que cae de lleno en el antisemitismo explícito, en el viejo "algo habrán hecho los judíos, para que siempre hayan sido perseguidos".
Ya está bien que el progrerío profiera las mayores aberraciones y le salga gratis. Desde aquí propongo que no compremos libros de Antonio Gala (si es que alguien lo hace).