Santiago Navajas defiende en su blog Cine y Política una lectura liberal de Nietzsche. Bueno, después de la lectura nazi, la izquierdista, la ontológica, existencial y no sé cuántas más que se han hecho del memorable profesor de Basilea, supongo que tocaba ya la liberal.
Por supuesto, Nietzsche no era liberal (no ha colado, Santiago), como tampoco era prenazi (detestaba a los antisemitas). Ahora no tengo tiempo ni ganas de ponerme a citar sus textos para demostrarlo, pese a que honran mi biblioteca varios de sus libros y la biografía de Curt Paul Janz (perdón por la pedantería). Coincido con Santiago en haber disfrutado como un jabato leyéndolo, aunque hace tiempo que no lo frecuento, y de ahí la pereza.
De hecho, reconozco que Nietzsche ayudó de manera decisiva a mi ruptura estética con la izquierda (y otro tipo de ruptura también), que en mi caso fue previa a la basada en argumentos racionales, no tengo empacho en decirlo.
El individualismo radical de pensadores como Nietzsche, o mi preferido Cioran, me atrae poderosamente, no lo niego. Pero, nos guste o no, es tan utópico como las ensoñaciones colectivistas de la izquierda y la derecha. Al final ninguno podemos prescindir de la sociedad, y debemos optar por el mal menor. Para mí, una derecha liberal es ese mal menor. Aunque admito que eso no genera mucho entusiasmo... estético.