lunes, 16 de marzo de 2009

Los buenos sentimientos

Me da bastante risa cuando el famosillo de turno, entrevistado en un programa del corazón, asegura ser siempre fiel "a la persona que ama". Traducción: Si le pone los cuernos a su pareja es que ya no la quiere y por tanto no se puede decir que cometa infidelidad, tal como él la define.

Es un ejemplo típico de la ética del sentimiento, aquella forma de pensar de raíz romántica según la cual el bien coincide con los propios sentimientos, con la espontaneiadad y la franqueza. Es una ética de carácter adolescente, que rehúye de toda disciplina, que apenas obliga a nada, que tiende a eximir de toda responsabilidad en la búsqueda de la propia felicidad, con la cual se puede justificar casi todo lo que no sea directamente delictivo, y a veces hasta esto.

Es también la ética de la izquierda, por supuesto. Basta con demostrar buenos sentimientos ("sensibilidad") hacia los pobres, los inmigrantes, etc, para que deba aprobarse cualquier política, incluso cuando objetivamente perjudica a quienes declara favorecer, que es lo más probable cuando se parte de bases tan subjetivas.