domingo, 29 de marzo de 2009

El último libro de Miquel Porta Perales: La tentación liberal

No hará más de tres o cuatro años que descubrí al Revel catalán: Miquel Porta Perales. El libro que entonces fue a parar a mis manos, y que devoré en el estado de quien descubre un alma gemela (valga la petulancia) era Si un persa viatgés a Catalunya. Un pamflet sobre el nacionalprogressisme català (La Esfera de los Libros), una sátira devastadora del nacionalismo y el izquierdismo. Poco después apareció, en catalán y en castellano, Diccionario persa de Cataluña. Y ahora nos regala con este La tentación liberal. Una defensa del orden establecido (Península).

Lo del Revel catalán creo que no es una exageración, salvo quizás en el aspecto literario, en el que el prosista francés alcanza categoría de clásico. No conozco a un autor catalán, y hasta quizás español, que haya asumido con maestría comparable la crítica sistemática de la ideología que en Cataluña adopta la forma del "nacionalprogresismo", según su feliz denominación.

La tentación liberal sin duda es un libro más ambicioso que los dos anteriores. Podría decirse que es un compendio de la crítica liberal a las ideologías emancipatorias (socialismo, nacionalismo, ecologismo, pacifismo, multiculturalismo, feminismo, etc) que componen el discurso de izquierdas actual, con profusión de útiles referencias bibliográficas. Según Porta, el error común a todas estas concepciones es el ideal de la sociedad reconciliada, en la cual los conflictos han desaparecido gracias a algún tipo de panacea. El resultado siempre repetido: la restricción de las libertades individuales en nombre de la igualdad, la identidad, la sostenibilidad, o cualquier otro fetiche asociado con la ineludible modernidad. Este utopismo, responsable de los mayores crímenes del siglo pasado, se erige además sobre una antropología buenista que se contradice con el estado actual de los conocimientos científicos.

La experiencia, pues, ha refutado sobradamente las ideologías autodenominadas progresistas. Y sin embargo, como señala el autor desde las primeras páginas, "el progresismo tiene una ventaja frente al pensamiento liberal: la de haber ganado -de momento- la batalla mediática." La obra de Miquel Porta contiene también un lúcido análisis de este fenómeno, que en gran medida empieza en lo que llama sin tapujos "la guerra de los maestros", empeñados en adoctrinar a los jóvenes en el antiliberalismo y su forma más facilona, el antiamericanismo. Primero se prepara el terreno ya con los más pequeños, con esa "pedagogía de la plastilina que azota nuestra escuela primaria: se trata de que los niños y niñas dibujen palomas de la paz, reproduzcan algunas imágenes del Guernica de Picasso, y escriban 'No a la guerra' o 'Guerra no, Paz sí' en los muros interiores y exteriores de la escuela." Aparentemente, todo muy inofensivo y hasta encantador, como seguramente lo ve la mayoría de los desprevenidos padres, pero claramente se trata de la antesala del posterior lavado de cerebro contra la "superpotencia dominante", el "ultraliberalismo" y demás demonios, a los que se culpa de todo el Mal existente en el mundo.

La consecuencia, ya la conocemos: Una ciudadanía inerme moral e intelectualmente ante las crecientes atribuciones del Estado, y ante el avance del islamismo que trata de minar los valores occidentales de libertad, igualdad de sexos, etc con la estúpida colaboración de los propios occidentales, preocupadísimos ante todo por no ser llamados xenófobos o simplemente de derechas.

En suma, una exposición muy completa y bien argumentada del pensamiento liberalconservador, y que se lee con fruición. ¿Qué más se puede pedir?