"Los «progresistas», a falta de mejores argumentos, terminan a menudo diciendo que el matrimonio gay y el aborto libre son inevitables porque «la sociedad ha cambiado» y «lo exigen los tiempos». No, los tiempos no exigen nada. Los tiempos discurrirán en la dirección que decidamos imprimirles. Ninguna ley histórica condena a las sociedades a «progresar» indefinidamente hacia la anomia y la disolución de vínculos." (Francisco J. Contreras en un artículo imprescindible, publicado en el ABC de Sevilla.)
Por cierto, que siempre me han mosqueado esos latiguillos del tipo "a estas alturas del siglo XXI", como si eso fuera un argumento para defender cualquier cretinez que choque con alguna tradición o simplemente con la naturaleza de las cosas.