¿En qué se parece Sarah Palin a Hugo Chávez? No lo crean, no es ningún chiste, sino el tema de un artículo de Andy Robinson en La Vanguardia, titulado "Palin, la Chávez del Ártico". Y la respuesta es: se parecen en algo que denomina "populismo petrolero". En efecto, para este corresponsal, los latrocinios y nacionalizaciones del dictador venezolano son comparables al hecho de que la gobernadora de Alaska subiera los impuestos a las petroleras en un 2,5 %.
Pero no crean que eso es lo que escandaliza al Sr. Robinson. Lo que por lo visto le parece indecente es que Palin reparta los dividendos obtenidos con la inversión de los ingresos del petróleo entre todos los ciudadanos, tocando a 3.200 dólares por cabeza. ¡Intolerable! "¿Quién sabe si no van a gastarlo en copas?" se pregunta, citando a un "analista" canadiense. Si empezamos a permitir que la plebe se gaste el dinero como le dé la gana, en lugar de que el Estado lo administre sabiamente ¿a dónde iremos a parar?
En honor a la verdad, hay que decir que Robinson admite cierta diferencia entre Chávez y Palin: ¡Chávez le parece mejor, por supuesto! Él no reparte indiscriminadamente el dinero del petróleo entre los venezolanos, lo entrega generosamente a las comunidades indígenas... de Alaska (sic). Qué contraste, en efecto, con el egoísmo de Sarah Palin, que prefiere que todo se quede en su país, y además que llegue a todos los ciudadanos, no que vaya a parar a tinglados políticos, llámense "indígenas" o "sociales".
Pues ¿qué quieren? Así es como los periódicos que arrastran la etiqueta de "liberal-conservador" (totalmente inmerecida, hay que reconocerlo) tratan de borrar esa mancha ignominiosa: compitiendo con los progres en las campañas más zafias y groseras contra todo lo que huela a liberal y conservador, sobre todo si viene del Gran Satán yanqui.
¡Qué ganas tengo de que ganen McCain y Palin, aunque sólo sea por leer los editoriales de nuestra prensa al día siguiente!