Ignoro si existe alguna fotografía de Felipe González (como presidente del gobierno) con el puño en alto. Esta que he encontrado tiene toda la pinta de ser anterior a la victoria socialista del 82, aunque tampoco pondría la mano en el fuego:
Eso sí, en tiempos de Franco, el heroico González manifestaba otro tipo de fidelidades, tal como puede observarse por esta otra foto que aparece en el blog Zetapolleces:
¡Si non è vero, è ben trovato! Pero volvamos a los tiempos del González presidente. Cuando en los actos del PSOE se entonaba La Internacional, muchos dirigentes y sindicalistas levantaban el puño sin poder reprimir su nostalgia por esa ideología que el siglo pasado causó cien millones de muertos, ya sea por represión política directa, o por la miseria atroz que ocasionó la abolición de la propiedad privada y del mercado.
Sin embargo, que yo recuerde, González, en ostensible contraste, siempre evitaba ese gesto, imagino que investido del sentido de la responsabilidad de su cargo, que se supone representa a todos los españoles. Por cosas como esta, algunos se precipitan en hiperbólicos elogios del ex presidente socialista: Como Ansón, a quien ahora le ha dado por decir que fue el mejor presidente de la democracia. O sea, el presidente de los GAL, la corrupción y los tres millones de parados, habría sido el mejor...
Pero sí que es cierto que Zapatero ya ha conseguido hacer bueno a González. Además de permitir al brazo político de ETA que se presente a las elecciones, de tratar de poner bajo el control de sus amigos algunas de las empresas más importantes del país, y de llevar camino de superar los tres millones de desempleados que teníamos en el 96, Zapatero sí se permite levantar el puño -y no es la primera vez que lo hace.
Zapatero entra de lleno, pues, en ese selecto club de los Hugo Chávez y los Arnaldo Otegui. No sé qué pecado hemos cometido los españoles, pero tiene que ser muy grande para que hayamos merecido tener a un sujeto así como gobernante.