martes, 9 de septiembre de 2008

Camarada Rodríguez

Ignoro si existe alguna fotografía de Felipe González (como presidente del gobierno) con el puño en alto. Esta que he encontrado tiene toda la pinta de ser anterior a la victoria socialista del 82, aunque tampoco pondría la mano en el fuego:


Eso sí, en tiempos de Franco, el heroico González manifestaba otro tipo de fidelidades, tal como puede observarse por esta otra foto que aparece en el blog Zetapolleces:


¡Si non è vero, è ben trovato! Pero volvamos a los tiempos del González presidente. Cuando en los actos del PSOE se entonaba La Internacional, muchos dirigentes y sindicalistas levantaban el puño sin poder reprimir su nostalgia por esa ideología que el siglo pasado causó cien millones de muertos, ya sea por represión política directa, o por la miseria atroz que ocasionó la abolición de la propiedad privada y del mercado.

Sin embargo, que yo recuerde, González, en ostensible contraste, siempre evitaba ese gesto, imagino que investido del sentido de la responsabilidad de su cargo, que se supone representa a todos los españoles. Por cosas como esta, algunos se precipitan en hiperbólicos elogios del ex presidente socialista: Como Ansón, a quien ahora le ha dado por decir que fue el mejor presidente de la democracia. O sea, el presidente de los GAL, la corrupción y los tres millones de parados, habría sido el mejor...

Pero sí que es cierto que Zapatero ya ha conseguido hacer bueno a González. Además de permitir al brazo político de ETA que se presente a las elecciones, de tratar de poner bajo el control de sus amigos algunas de las empresas más importantes del país, y de llevar camino de superar los tres millones de desempleados que teníamos en el 96, Zapatero sí se permite levantar el puño -y no es la primera vez que lo hace.


Zapatero entra de lleno, pues, en ese selecto club de los Hugo Chávez y los Arnaldo Otegui. No sé qué pecado hemos cometido los españoles, pero tiene que ser muy grande para que hayamos merecido tener a un sujeto así como gobernante.