Informativo de Antena 3, esta misma tarde. Breve reportaje sobre Eluana, una mujer italiana en estado vegetativo desde hace años, a la que el gobierno de Berlusconi se opone a que le sea retirada la sonda que la mantiene con vida, pese a la autorización de la máxima instancia judicial del país.
El tratamiento de la cadena televisiva se ajusta al protocolo de la corrección política de siempre: Exposición detallada de las posturas favorables a la "desconexión"; se nos dice que otras clínicas se han ofrecido a realizar el deseo del padre de poner fin a la vida de Eluana; se entrevista a un médico (bata blanca, despacho), que considera absurdo mantener la alimentación artificial de la paciente... Sólo se alude de pasada a la postura contraria, que por lo visto se limita a la del Vaticano. En fin, la "objetividad" acostumbrada por la mayoría de los medios de comunicación, sobre todo los que luchan contra el estigma de "conservadores".
Pero esta vez, a las lumbreras de la cadena privada se les ha colado una pifia de manual. ¿Saben qué ha llegado a decir el médico entrevistado, sin asomo aparente de ironía? Pues que le sorprendía que hubiera más partidarios de la eutanasia entre los jóvenes que entre los mayores, cuando son estos últimos los que más probabilidades tienen de recibir el "beneficio" (sic) de la eutanasia.
Vamos, que la gente tiene la extraña manía de no permitir que la puedan matar fácilmente, pero es mucho más tolerante, curiosamente, cuando quienes la pueden palmar son los otros (sobre todo si les van a dejar algo en herencia).
O una de dos, o el entrevistado, por mucho médico que sea, es tonto del culo, o bien a pesar de todo sí ha pretendido ser irónico, pero no se le ha notado. Aunque cabe una tercera opción: Que la deformación ideológica alcance tales extremos en algunos individuos, que hayan perdido hasta el último vestigio de sentido común. Si esto es un fenómeno corriente, pronto veremos en la tele a respetables sabios intrigadísimos por que a la gente no le guste pagar impuestos. ¿Cómo puede ser? ¡Pero si es por su bien!