El escritor Quim Monzó ha dicho que la lengua catalana se está empobreciendo. Por supuesto, se le ha olvidado añadir que el castellano también se está empobreciendo.
Sin ir más lejos, basta leer el propio artículo del digital e-Notícies, en su versión castellana, que recoge las declaraciones de Monzó. El redactor escribe "empobriendo" (sic) por influjo del catalán "empobrint". Traduce luego "està en camí de" por "está a (sic) camino de", por confusión con la preposición catalana "a" que se usa como equivalente al español "en" frente a complementos circunstanciales de lugar (estoy en casa: estic a casa). Por último dice: "los políticos hacen el (sic) que el pueblo quiere", también por una mala traducción literal del catalán. Por si acaso lo corrigen -aunque no creo que se molesten- ahí va la captura de pantalla:
Cuestión aparte es escribir Catalunya en un texto castellano. Eso no proviene de un error involuntario, sino de una incoherencia deliberada; ¿por qué quien dice A Coruña, Lleida o Catalunya cuando habla en español, no dice en cambio United Kingdom, Deutschland o France, salvo que esté hablando en los respectivos idiomas de esos países?
El caso es que presentar a la lengua catalana como una víctima del predominio del castellano sería admisible si en cambio éste se hablara correctamente y no padeciera a su vez el influjo de aquélla. Pero cuando son las dos lenguas las que se hablan mal y se entorpecen mutuamente, lo que aquí se pone de manifiesto es el bajísimo nivel de la enseñanza pública, sin paliativos. En lugar de buscar chivos expiatorios, los intelectuales catalanes harían bien en denunciar el fracaso educativo. Claro que en una sociedad no tan inculta, algunos quizá destacarían menos.