viernes, 29 de agosto de 2008

Neolengua: un ejemplo práctico

Lo podemos encontrar -dónde si no- en El País de hoy, en el siguiente titular: El Gobierno prohibirá los anuncios que limiten la libertad del consumidor.

Hasta ahora yo pensaba que por muy agresiva o engañosa que fuera una determinada publicidad, éramos libres de no comprar ningún producto que no quisiéramos o del que desconfiáramos. Pues resulta que no, que sólo seremos libres cuando el gobierno promulgue una ley (otra más: suma y sigue) de restricción de la libertad económica.

Resulta curioso que quienes declaran querer protegernos de posibles engaños, no retrocedan ante tan flagrante perversión del lenguaje. Parece que no se aplican el cuento a ellos mismos.

Me temo que esta sociedad ya está madura para que un día de estos se pueda leer un titular del siguiente tenor: "El gobierno prohibirá los sitios web que limiten la libertad del internauta."

Pero que muy madura.