"Controlamos la materia porque controlamos la mente. La realidad está dentro del cráneo... No hay nada que no podamos conseguir... Fuera del hombre no hay nada... El verdadero poder... no es poder sobre las cosas, sino sobre los hombres."
George Orwell, 1984
George Orwell, 1984
Una de las cosas que más me molesta en las declaraciones de los políticos posteriores a un atentado, es aquello de "ETA está más débil que nunca". Lo normal en cualquier oyente que no esté por completo desprovisto de sentido común es pensar "Pues cuando esté fuerte, que Dios nos coja confesados". Ayer Zapatero volvió a incurrir en esa retórica vacía, con el valor añadido de su estilo inconfundible de doblepensar. Resulta que, cuando ETA acaba de asesinar a Isaías Carrasco delante de su propia hija, esta organización criminal "ya está vencida por la democracia". No se me ocurre mejor réplica a esta palabrería prescindible que las palabras de María San Gil, cuando ha sentenciado que "ETA no va a estar derrotada hasta que no metamos en la cárcel al último terrorista".
Es evidente que para la organización criminal, la situación óptima es la de un presidente que cree, como el siniestro O'Brien de 1984, cuyas palabras cito arriba, que la realidad no es más que una construcción de la mente humana, es decir, algo infinitamente maleable, que puede ser distorsionado sin límites. O al menos actúa como si lo creyera. Si el Líder Inmarcesible dice que ETA está derrotada, es que lo está, y no vamos a consentir que la metafísica del realismo ingenuo perturbe su benévolo ejercicio del poder.
El militante socialista asesinado en Mondragón lo ha sido por quienes dominan el Ayuntamiento gracias a la prevariación de la fiscalía sometida a Zapatero. (¿Recuerdan cuando ANV era un partido incuestionablemente democrático?) Con ello la organización terrorista cree favorecer la reelección de su principal benefactor, de ese aventajado alumno de O'Brien.