Lleno hasta la bandera. Imposible ofrecer la crónica que tenía proyectada, me quedé a las puertas y la acústica era todo menos buena. En todo caso, es alentador comprobar sobre el terreno la popularidad de una mujer que, digan lo que digan algunos teóricos exquisitos del liberalismo, es probablemente el político liberal más consistente que tenemos en España. El 10 de marzo hay dos opciones. Que en España triunfe el modelo de la Comunidad de Madrid o bien el de Cataluña. Libertad o nacional-socialismo. Me da igual que Esperanza Aguirre no se presente a estas elecciones. Yo votaré al partido al que ella pertenece. Y por eso el 10 de marzo, sinceramente espero no tener que volver a hablar de Esperanza Aguirre. Se me entiende.