miércoles, 8 de diciembre de 2010

La soflama pro-sistema de Vargas Llosa

El discurso de Mario Vargas Llosa ha molestado tanto a un joven escritor llamado Alberto Olmos que lo ha calificado con expresiones como "soflama pro-sistema" y "cinismo incatalogable", y le ha llevado a comparar el premio Nobel de Literatura con el de "empleado del mes". Por lo visto, las muchas veces que el premio ha recaído en escritores procomunistas como García Márquez y Saramago, fue para despistar. En realidad, todo el mundo sabe que detrás del galardón que entrega anualmente el rey de Suecia están la CIA y el Pentágono. Estas son algunas de las cínicas palabras que han puesto de los nervios al tal Olmos:

"Defendamos la democracia liberal, que, con todas sus limitaciones sigue significando el pluralismo político, la convivencia, la tolerancia, los derechos humanos, el respeto a la crítica, la legalidad, las elecciones libres, la alternancia en el poder (...).

En mi juventud, como muchos escritores de mi generación, fui marxista y creí que el socialismo sería el remedio para la explotación y las injusticias sociales que arreciaban en mi país, América Latina y el resto del Tercer Mundo. Mi decepción del estatismo y el colectivismo y mi tránsito hacia el demócrata y el liberal que soy -que intento ser- fue largo, difícil (...).

De entonces a esta época (...) América Latina ha ido progresando (...). Padecemos menos dictaduras que antaño, sólo Cuba y su candidata a secundarla, Venezuela, y algunas seudodemocracias populistas y payasas, como las de Bolivia y Nicaragua. Pero en el resto del continente, mal que mal, la democracia está funcionando (...), y, por primera vez en nuestra historia, tenemos una izquierda y una derecha que, como en Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Colombia, República Dominicana, México y casi todo Centroamérica, respetan la legalidad, la libertad de crítica, las elecciones y la renovación en el poder. (...).

Las dictaduras deben ser combatidas sin contemplaciones, por todos los medios a nuestro alcance (...). Es lamentable que los gobiernos democráticos, en vez de dar el ejemplo, solidarizándose con quienes, como las Damas de Blanco en Cuba, los resistentes venezolanos o Aung San Suu Kyi y Liu Xiaobo, que se enfrentan con temeridad a las dictaduras que sufren, se muestren a menudo complacientes no con ellos sino con sus verdugos. Aquellos valientes, luchando por su libertad, también luchan por la nuestra (...)."


Después de leer esto, entendemos mejor que un articulista de Público, ese panfleto donde diariamente se apoya al régimen chavista y al castrismo, haya reaccionado con tal indignación. Les ha puesto un espejo en el que ver su feo rostro, y eso siempre duele.