lunes, 6 de diciembre de 2010

La siniestra conspiración judeo-barcelonista

La prensa deportiva catalana viene insinuando hace tiempo que el calendario de la Liga está sutilmente diseñado para favorecer los intereses del Real Madrid. Pone en duda, concretamente, que sea un hecho fortuito que en las últimas temporadas, los Madrid-Barça siempre caigan en la segunda vuelta. Esta misma prensa también acostumbra a recelar de las actuaciones arbitrales, señalando por ejemplo que la presente temporada al eterno rival blanco le han señalando más penaltis a favor. Aunque como barcelonista que soy me sería fácil dejarme llevar por estas teorías conspiranoicas, mi natural escepticismo me hace ponerlas en cuarentena.

En Madrid también tienen que vender periódicos, claro. Allí está a la orden del día la teoría del villarato, según la cual el presidente de la RFEF, Ángel María Villar, influye en el colectivo arbitral para favorecer sistemáticamente al Barcelona. Esta teoría nace del apoyo que recibió este dirigente deportivo del anterior presidente del FCB, Joan Laporta, lo cual tiene tanto valor demostrativo como las estadísticas que aduce la prensa catalana para sostener exactamente lo contrario: Es decir, ninguno.

Pese a estos precedentes, confieso que la entrada del blog de Juan Manuel Rodríguez del 2 de diciembre me ha sorprendido por su desmesura victimista. Dice el ferviente bloguero madridista:

"Nunca como ahora he tenido tan meridianamente claro que el Real Madrid Club de Fútbol es objeto de una persecución salvaje, un acorralamiento producto de tantos y tantos años de superioridad sobre el resto, un hostigamiento coordinado desde varios sectores del fútbol nacional e internacional."

Luego sigue hablando de operación de "Madricidio", de "archienemigos" del club merengue movidos por "la inquina más profunda" y termina su pataleta incluyendo a Guardiola entre los que "van a por el Madrid", sector "fariseísmo santurrón" que mea colonia. Supongo que si el estilo de Pep fuera más chabacano, entrando al trapo de las provocaciones y baladroneando de sus éxitos deportivos, en la capital del reino caería simpatiquísimo.

Evidentemente, JMR respira por la herida de las sanciones de la UEFA, y de las reacciones mediáticas por la aplastante victoria azulgrana en el Camp Nou por 5-0. En lugar de hacer el menor amago de autocrítica, defiende la unidad total del madridismo en torno a los jugadores y a Mourinho, al que, pese al poco tiempo que lleva en el club, califica como el mejor entrenador desde Miguel Muñoz, nada menos.

Como seguidor del Barça, no puedo menos que alegrarme de este tipo de reacción visceral, de completa ausencia de reflexión en el entorno madridista. Me parecería mucho más temible el Madrid con un entrenador como Vicente del Bosque, o incluso Pellegrini (quien sostuvo una lucha titánica con el FCB la temporada pasada, quedando sólo a tres puntos por detrás del campeón) que no con un chuleta de discoteca como Mourinho. Me parecería mucho más temible si hubiera fichado a David Villa antes que el Barça, aunque por suerte (según contaba el viernes pasado José María García en una entrevista radiofónica en RAC 1) no lo hizo porque "no vendía camisetas". Pues nada, que continúen pensando que una mano negra les niega los títulos que ha conquistado el Barça en los últimos años y que lo hacen todo maravillosamente bien, porque son "el mejor club del siglo XX". Echar la culpa de los males propios a otros -y refugiarse en la nostalgia de edades doradas- es la fórmula segura para no remediarlos. El Madrid es historia; el Barça está haciendo historia.

P. S.: Creo que fue el lunes pasado que escuché a Federico Jiménez Losantos en esRadio decir que el 70 % de los aficionados españoles son del Madrid. Menos lobos, Federico. Según el Barómetro de Opinión del CIS de mayo del 2007, un 32,8 % de los aficionados sienten mayor simpatía por el Real Madrid que por cualquier otro equipo y un 25,7 % por el F. C. Barcelona, a mucha distancia del Valencia (5,3 %) y del Bilbao (5,1 %). Y no me sorprendería que durante la era Guardiola, el porcentaje del Barça se haya acercado aún más al del eterno rival.