jueves, 23 de diciembre de 2010
La tontería de José María Fidalgo
Esta mañana, en la tertulia de Onda Cero, el tema era la sucesión de Zapatero. Alguno de los presentes ensaya una torpe, estúpida comparación entre Zapatero y Churchill, nada menos. Otro hace la observación de que el primer ministro británico luchaba contra los nazis, mientras que el español... Entonces, el tertuliano José María Fidalgo suelta lo siguiente: "No, Zapatero lucha contra los mercados, que son casi peores." Ninguno de los contertulios (Carlos Herrera está de vacaciones) le objeta nada, nadie le replica qué tonterías dices o algo semejante.
Hace unos días tomé unas notas de un artículo de Sami Naïr en El País del 16 de diciembre, titulado "¿Adónde va Europa?". Allí se leen cosas como "contrarrevolución social thatchero-reaganiana", en referencia a las medidas anticrisis de los gobiernos europeos, "amenazados por los mercados". Se habla de una "verdadera guerra de los mercados contra los estados" y, en fin, se incurre en la retórica izquierdista al uso, habitualmente ilustrada con caricaturas bochornosamente pueriles de tiburones o sombríos personajes ataviados con levita y sombrero de copa, como si el imaginario izquierdista se hubiera quedado estancado en los tiempos de la Comintern, o antes aún.
Pero con toda la incuria intelectual de estos discursos, ni siquiera rozan el nivel de tontería de las palabras de Fidalgo, quien pasa por pertenecer a la izquierda civilizada. Lo cual me reafirma en la íntima convicción que con la izquierda pasa lo mismo que los nacionalistas. Lo que existen son tácticas o disfraces distintos, pero en el fondo, ser nacionalista siempre es ser separatista, y ser de izquierdas siempre es odiar el mercado libre y quererlo sustituir por alguna dictadura más o menos descarnada, envuelta en cualquier nombre que permita engañar a quienes quieran ser engañados.
[Actualización 17-6-11: El título original de este post era algo más fuerte, pero lo he modificado después de escuchar con posterioridad algunas intervenciones de Fidalgo que me han parecido bastante sensatas, por lo que me ha acabado sabiendo mal tratarlo con tanta dureza. Hay personajes que se lo merecen mucho más.]