jueves, 29 de julio de 2010

Dos jodidas preguntas

Hay que admitir una cosa: Los separatistas catalanes han acabado haciendo creer a muchos que en realidad no quieren la separación, que les va mejor perpetuar el victimismo para continuar extorsionando al resto de España. A propósito de la prohibición de los toros, Artur Mas ha dado hoy una verdadera lección magistral de eso que los islamistas llaman taqiyya (santa hipocresía), es decir, ocultar el radicalismo bajo una apariencia de moderación o pragmatismo. Mas ha asegurado que su voto favorable a la prohibición se debía a una cuestión de conciencia, y que en modo alguno debe interpretarse en un sentido antiespañol, pues "la tradición de los toros en Cataluña es tan antigua como en el resto de España". Lo que ocurre es que en Cataluña la sociedad "ha avanzado de forma distinta"... Vamos, la cantinela de siempre de que los catalanes somos más uropeos, más modennos y en definitiva superiores a esos untermenshen que habitan al sur del Ebro. Pero nótese cómo no tiene recato en hablar del "resto de España", sin miedo de escandalizar a sus seguidores, pues ya saben que cuando se expresa en catalán vuelve a la doctrina oficial y a referirse a "l'Estat espanyol". Es lo mismo que hizo siempre Jordi Pujol, negar en Madrid que fuera independentista ("qué gran estadista", exclamaban los más desprevenidos) y aleccionar a los suyos para que continuaran "haciendo país", hasta que la independencia cayese como una fruta madura. Es decir, hasta que sean los propios españoles quienes, hartos de que cada día se hable del Estatuto en la televisión, se acaben rindiendo: "Pues que se separen y nos dejen en paz de una vez."

No me esforzaré en intentar despertar compasión hacia los catalanes que no somos nacionalistas, ni rogaré que no nos abandonen a nuestra suerte. Aunque personalmente voté "No" al Estatuto actual, debo admitir -es un hecho- que la mayoría de gente que piensa más o menos como yo se abstuvo, con lo cual ahora no tiene ningún derecho a quejarse. Pero a quienes, por puro hastío, están dispuestos a darles a los nacionalistas catalanes un Estado para su uso y disfrute, les lanzo una pregunta: ¿Cómo van a negarles a los nacionalistas vascos, al día siguiente de la separación de Cataluña, su propio estadito? Y si también se lo conceden, ¿para qué han muerto entonces más de ochocientos españoles asesinados por ETA?