Durante los gobiernos de Aznar se intensificaron las tensiones nacionalistas y se fortaleció la organización terrorista ETA. La situación económica no era mejor: En 2004, la despensa estaba vacía. Entonces unos terroristas suicidas volaron cuatro trenes en Madrid en represalia por nuestros bombardeos en Iraq, lo que llevó al PP a planear, sin éxito, un golpe de Estado. Tras ganar las elecciones el PSOE, todo ha vuelto a la normalidad. La economía va viento en popa, la cohesión nacional se ha acentuado gracias al nuevo clima de diálogo, y nuestro papel en el mundo es cada vez más relevante.
Y algunos deben pensar que los españoles somos todos gilipollas.