Estas son las palabras que Antonio Bolaño Gancedo, director de comunicación de Montilla, le espetó hace poco al redactor-jefe de La Vanguardia, Jordi Barbeta, en el Palacio de la Generalitat.
Unos meses antes, el mamporrero de Montilla desde su etapa de ministro, ya había hecho objeto a Barbeta de sus especiales muestras de amabilidad al notificarle: “Te juro que no voy a parar hasta joderte.” Entonces el periodista lo denunció, y al parecer Bolaño pidió disculpas. Ahí quedó todo. ¿Se imaginan lo que tardaría en ser obligado a dimitir en Estados Unidos un jefe de prensa del que trascendiera semejante lenguaje rufianesco? Pues aquí es distinto. Aquí el jefe de prensa del Ministro de Industria llama “cerdo hijo de puta” a un abogado que protestaba en HazteOir.org por los ataques contra la COPE, y no sólo no pasa nada, sino que cuando Montilla alcanza la presidencia del gobierno autónomo, se lleva consigo a tan –por lo visto- valioso subordinado.
La última no sabemos si se debe al mismo sujeto, o por el contrario debe imputarse directamente a su jefe. En cualquier caso, el estilo muestra la impronta inconfundible marca de la casa. ¿Pues no le han enviado al conde de Godó, editor del periódico antes citado, una trascripción de intervenciones radiofónicas de un habitual colaborador del rotativo, Francesc-Marc Àlvaro, con los pasajes no gratos al gobierno subrayados en rojo, y la tarjeta personal de José Montilla dentro del mismo sobre? Pero lo más triste ha sido la reacción del señor Àlvaro, quien lejos de denunciar las presiones, ha tratado de que no se den a conocer. Esto es hoy Cataluña, una larga noche de los cuchillos largos de los nacional-socialistas contra los meros nacionalistas. ¿En qué queda ahora el autopregonado liberalismo de Francesc-Marc Àlvaro, el que motejaba de “ortopédico” al liberalismo de la derecha española, cuando ni siquiera se atreve a defender su propia libertad de expresión?
Fuente original: Blog de Enric Vila (en catalán), historiador nacionalista, autor de una biografía crítica de Lluís Companys. El blog de Alejandro Fernández me reveló quién era el lord Jones del artículo de José García Domínguez en Libertad Digital. A partir de ese dato (Google mediante) ha sido fácil dar con el resto.