En la sesión parlamentaria del pasado miércoles, el PP acusó al ministro de Interior, Pérez Rubalcaba, de montar una policía paralela, al servicio del PSOE. Pues bien, la edición impresa de El País del día siguiente, 14 de octubre, presenta la noticia de esta manera:
Es decir, lo llamativo para este redactor no es que la oposición realice acusaciones terribles (acertadas o no) contra el gobierno, que en cualquier otro país democrático habrían provocado un terremoto político. (Aquí las televisiones solo hablan de la Pantoja.) No. Lo llamativo, por lo visto, es la respuesta que da el ministro, como si el caso Malaya, a quien debiera preocupar es a la oposición. Y observen el estilo: "Los diputados [del PP] llegaron a pedir...". ¡Qué atrevimiento!
Si esto no es tendenciosidad, Granma debe ser el faro de la libertad mundial.