Parece que Xavier Sardà se ha caído por fin del caballo y ahora se propone lanzarnos a la cara la pura verdad: "Basta ya de gilipolleces". Voy a ver si he aprendido bien la lección: El problema es... que Bush era un "hijo de puta" por reírse de sí mismo al no hallar las armas de destrucción masiva, y en cambio, cuando Sadam Hussein las empleaba, para muchos progres lo importante eran "los progresos sociales de un régimen laico". ¿Que quién le dijo a Bush eres un hijo de puta en "Crónicas marcianas"? Pues un tal Sardà, sí.
El problema es... cuando los progres, como Sardà o Pilar Rahola, se dan cuenta de que hoy lo carca es ser políticamente correcto, pero no por ello quieren dejar de ser progres. Está bien evolucionar, muchos lo hemos hecho, pero me revientan los que se dedican a epatar a sus correligionarios sin pringarse demasiado, sin renunciar a continuar disfrutando de las delicias de pertenecer al club de los elegidos, de los que no son de derechas, ni neoliberales, ni neocones, puaj, qué vulgaridad.