¿Denunciar al gobierno y al CNI por pagar rescate a unos piratas? Desde luego me parece bien. No es tolerable que los servicios secretos se plieguen a las condiciones de los criminales, salvo que sea para tenderles una trampa. Pero no sé si los promotores de esta iniciativa judicial han meditado lo suficiente sobre cómo contrarrestar la respuesta del gobierno. Esta consiste simplemente en decir algo así como que su única prioridad ha sido en todo momento salvar las vidas de los secuestrados. Y lo terrible es que a una probable mayoría de la población española le parece explicación más que suficiente, incluso digna de aplauso. Es decir, el grado de degradación cultural y moral al que hemos llegado impide ver a muchos, una vez más, la antigua y elemental verdad de que no se puede premiar a los malos, porque de lo contrario, volverán a hacer el mal.
Se trata evidentemente del mismo tipo de pornografía sentimental que han aplicado con tanta maestría en su negociación con ETA. Como todo era por la Paz, un número sorprendentemente elevado de disminuidos morales ha dado su aprobación, por anticipado, a las más flagrantes conculcaciones de la legalidad, a las mentiras más groseras. El fin ha justificado los medios: Esa frase que en boca del malo de una película de Hollywood nos parece la expresión máxima del cinismo, cuando se desprende del discurso de un líder "progresista", parece transformarse en todo lo contrario, en la imagen misma de la excelencia moral.
No sólo eso, sino que quienes han osado discrepar de esa política criminal, han sido percibidos como unos canallas que utilizaban el sufrimiento de las víctimas (!) para sus turbios manejos, contrarios a la Paz. En el caso del secuestro del atunero, por supuesto los críticos son unos desalmados que estarían dispuestos a sacrificar las vidas de los pescadores apresados para hacer valer sus concepciones rigoristas de la ley y el castigo del delito. Parece como si nadie pensara en los tripulantes o pasajeros que pueden volver a ser secuestrados en el futuro, gracias al entreguismo y la debilidad mostrados por el gobierno de Zapatero.
La manipulación política de los sentimientos fue una de las características fundamentales del fascismo. Pero es un gran error pensar que murió con él. Por el contrario, no ha hecho más que perfeccionarse. Se ha avanzado mucho desde que la prensa del régimen nazi propagó aquel orwelliano "Polonia invade Alemania". Hasta el punto de que un gobierno que ha violado el pacto contra el terrorismo (en realidad, desde antes de hacerse con el poder), se ha sentido con fuerza suficiente para acusar de tal fechoría a la oposición. Y del mismo modo se presenta como moralmente superior por ceder ante unos piratas y por consentir (parafraseando a Zp: "mirar a los ojos de los inmigrantes") que España sea La Meca de la delincuencia profesional de todo el mundo.
Pero la gente nos vota, dirán los socialistas. Cierto. Es que la gente es muy sentimental.