El próximo año, con motivo del bicentenario del nacimiento de Darwin, está proyectado botar una réplica del "Beagle", el navío a bordo del cual el naturalista inglés dio la vuelta al mundo, recogiendo observaciones que luego le servirían para elaborar su famosa teoría de la evolución.
Aquella navegación tuvo un impacto enorme sobre el conocimiento humano. Hoy vemos con cierto sentimiento de superioridad las polémicas de la época; creemos vivir en una época mucho más científica, en la cual la difusión del conocimiento no se encuentra con las trabas de antaño, sino que se da la mayor publicidad a cualquier novedad. Pero ¿está justificada esta visión tan autocomplaciente?
Cuando el Buque de Investigación Oceanográfica "Hespérides" partió hacia la Antártida, hace cinco meses, los medios se volcaron en la noticia, señalando la importante contribución al estudio del cambio climático que suponía la expedición. Pero ahora que, hace una semana, ha regresado a Cartagena, sólo algún diario local, y el blog Doce Doce, se han hecho eco de ello. ¿Por qué? la respuesta es sencilla. El capitán del barco, Pedro de la Puente, nada más atracar en Cartagena, ha declarado haber encontrado mucho más hielo, incluso una población de pingüinos superior, que en anteriores viajes. Es decir, ha osado contradecir con temeraria indiscreción la Religión del Calentamiento Global, predicada por el profeta Al Gore y sus discípulos Evo Morales y Zapatero.
Y se ha hecho un piadoso silencio.