domingo, 31 de julio de 2011
La penúltima cerdada judicial
Tras la sentencia del TC que legalizó al brazo político de ETA, todo indica que la sala de lo penal de la Audiencia Nacional no quiere ser menos en cuanto a arrastrarse por el fango. Su infausto presidente, Gómez Bermúdez, ya tiene un lugar en la historia como perpetrador de la sentencia del 11-M, en la que de forma bochornosa miró para otro lado para no ver las irregularidades policiales. Pero no contento con ello, ahora se propone que la cúpula policial, responsable del chivatazo al aparato de extorsión de ETA, pueda eludir el cargo de colaboración con banda armada. Lo de menos son las disquisiciones seudofilosóficas con las cuales pretenden tomar el pelo a la opinión pública. Si se aplican los exquisitos criterios defendidos por el gobierno, para ser acusado de semejante delito se deberá estar en posesión de una acreditación de simpatizante oficial de un club criminal, con número de socio y fotografía reciente. Pero sería caer en la trampa entrar en este debate ad hoc. Lo realmente indignante es el descaro con el que actúa esta gente. Ya solo faltaba que la mujer del juez expresara en Twitter sus opiniones favorables a la postura del gobierno. Se ríen en nuestra cara, y todavía nos toca aguantar más de cien días la chulería barata de Rubalcaba y su legión de serviles adictos en la judicatura y en los medios. Me anima pensar que el 20 de noviembre el PSOE se pegará un batacazo histórico, pero será poco castigo, después de todo lo que han hecho. Iba a decir que deberían ser juzgados... Dejémoslo estar: Con los jueces que tenemos, sería más fácil que acabaran en la cárcel los acusadores que los acusados.