Primero los sindicatos se manifiestan contra los empresarios. Luego, mandan a su puta casa al gobernador del Banco de España. Y siempre, contra la oposición. Ahora, Méndez ha comparado una eventual reforma laboral del PP con la matanza de Texas. La cuestión es infundir odio, y sobre todo miedo, como en las películas de terror. Miedo a las reformas, miedo a que la España subsidiada deje de serlo, a que quienes llevan años apoltronados pierdan sus privilegios. Ha dicho el secretario general de UGT que la reforma laboral no servirá de nada, que ya ha habido más de cincuenta. No sé qué entenderá este hombre por reforma laboral, pero de lo que no hay duda, es que no ve solución al desempleo, ni parece que le preocupe mucho. ¿Por qué habría de preocuparle, si él y decenas de miles de liberados sindicales viven de las subvenciones del gobierno, y no de las cuotas de los escasos afiliados? Desde luego, entiendo que muchos que llevan años viviendo del cuento, estén aterrorizados. Mira que si tuvieran que volver a trabajar... Por eso les conviene el terror, el mejor aliado del inmovilismo estructural, del régimen clientelar y chupóptero. En una palabra, del socialismo.
Dobermans y motosierras. Donde estén las emociones, que se quiten las ideas.