Esta tarde he visto This Is It, la película basada en los ensayos de la gira que tenía previsto dar Michael Jackson en el Reino Unido. Quizás porque hubiera preferido ver otra cosa (la elección ha sido de mi mujer) al final no me he aburrido tanto como pensaba.
Una de las canciones de la película, Earth Song, sirve para poner la nota ecológica. Al parecer, el rey del pop quería incluir en su gira británica un mensaje sobre el cambio climático. Durante uno de los ensayos dirigió a sus colaboradores unas palabras sobre la importancia que tenía este tema para él, y aseguró que sólo tenemos cuatro años para salvar al planeta: Después, siempre según el climatólogo Michael Jackson, será demasiado tarde.
A menudo se ha observado, no sin razón, que las poses "comprometidas" de los artistas son una manera de promocionarse y a veces hasta de hacer negocio. Evidentemente, no es el caso de Michael Jackson, que a estas alturas no necesitaba esto, creo yo. Más bien tiendo a pensar que en la mayoría de artistas late un larvado complejo de culpa, por el cual toda concepción del arte por el arte aparece como moralmente injustificable, y aquí radicaría la causa profunda por la cual muchos adoptan posturas "progresistas", una especie de acto de expiación por su pecado de esteticismo.
A mí siempre me ha parecido que el arte por el arte no necesita ninguna justificación, pues los artistas, y especialmente los más grandes de entre ellos, hacen infinitamente más por la efímera felicidad terrena que no muchos salvapatrias y mártires. No tienen ninguna necesidad, ni mucho menos obligación, de ofrendar sus obras a la Madre Tierra, ni a ningún otro ídolo de las ideologías modernas.