El exdirigente comunista Julio Anguita quiere impulsar la creación de un Frente Cívico que organice a la mayoría de "puteados". (Insiste, en la entrevista que le hace El Mundo del 24 de junio, en que conste la expresión.) Dentro de esta sesuda categoría sociológica, el Sr. Anguita incluye principalmente a los parados, a los "precarios" y a la juventud sin futuro. Entre sus diez propuestas programáticas, que hizo públicas en un blog pocos días antes, el comunista incluye un salario mínimo de 1.000 euros (1ª) y "la extensión y ampliación de la prestación por desempleo" (3ª).
De estas propuestas se deduce que el problema de un parado no es esencialmente que no encuentre empleo, sino que no cobre un subsidio suficiente. Y que cobrar menos de mil euros por un trabajo es siempre algo malo en sentido absoluto, aunque se trate de un estudiante que quiera sacarse unos eurillos repartiendo pizzas, o vendiendo purificadores de agua.
La cuestión no es solo de dónde piensa sacar Anguita el dinero para incrementar el subsidio del paro y las pensiones (también defiende la pensión mínima de 1.000 euros, propuesta 2ª). El problema no es que sus propuestas sean acaso inaplicables, es que de intentar ponerse en práctica, no harán más que incentivar el paro y poner en dificultades al estudiante (o a cualquier otra persona) que quiera simplemente ganar algún dinero.
La juventud no tiene futuro si se empeña en creer que no lo tiene. Encontrar trabajo "de lo mío" a base de enviar currículums, en lugar de plantearse realmente cómo podemos ser productivos para ganarnos la vida, o para obtener nuestros primeros ingresos, es el error que comete una parte de la juventud. Y para personas como Anguita, que ya tienen su vida resuelta, lo más fácil es decirle a los jóvenes lo que más halaga a sus oídos, aunque objetivamente eso no los ayude para nada, sino todo lo contrario.
El resto de aberrantes propuestas forman parte del repertorio comunista clásico. Nacionalizar la banca y otros sectores económicos (5ª y 6ª), intervenir en la distribución de alimentos (8ª), aumentar la presión fiscal (4ª), reformar la ley electoral (10ª) en un sentido más proporcional (la actual siempre ha perjudicado a Izquierda Unida frente a los nacionalismos) y desarrollar la Constitución, aunque no lo diga tan explícitamente, en sentido más socialista (7ª).
No podía faltar tampoco, claro está, la "efectiva separación entre las iglesias y el Estado" (9ª). Lo que no entiendo es por qué habla de "iglesias" en plural, cuando es obvio que se refiere a la Iglesia Católica, la única que constitucionalmente tiene un tratamiento especial en España.
Que los comunistas defiendan ideas comunistas lo comprendo. Que nos tomen por idiotas a los demás pretendiendo dirigirse a los españoles "de cualquier partido, sindicato, confesión religiosa", eso ya me mosquea bastante. Y que hablen del paro juvenil en términos de "holocausto", eso ya sencillamente me parece una sinvergonzonería, por muy "carismático" que se levante Anguita todas las mañanas. Mucha gente está sufriendo como consecuencia de esta crisis, pero como siempre, quienes más gritan son los que menos la están experimentando en sus carnes. Lo peor que les puede pasar a los "puteados" es que escuchen a profetas como Anguita, que solo viven (políticamente hablando) de explotar el resentimiento, pero sin aportar la menor solución sensata, solo viejas recetas que siempre han conducido a más miseria.