Al Manifiesto presentado hoy por un grupo de conocidos periodistas difícilmente se le podría objetar nada, en cuanto al contenido. Pero sí quisiera aprovechar para hacer una observación sobre la confusión entre los términos partidario y partidista, que se ha extendido de tal modo que posiblemente ya no tiene remedio.
Partidario, según el diccionario de la RAE, es quien "sigue a un partido o bando". Y también, el "adicto a una persona o a una idea". Se trata por tanto de un vocablo neutral, que no implica ningún juicio de valor. En cambio, "partidista" viene de "partidismo" que significa lo siguiente:
1. Adhesión o sometimiento a las opiniones de un partido con preferencia a los intereses generales.
2. Inclinación hacia algo o alguien en un asunto en el que se debería ser imparcial.
Por suerte, y a pesar de ese desliz (imagino que producto de una redacción apresurada), el Manifiesto no incurre en ese defecto. Razón por la cual me he adherido a él.