domingo, 11 de noviembre de 2007

De fascistas e histriones, o un poco de televisión

Que un fascista como Hugo Chávez llame fascista a Aznar, deberíamos considerarlo como un honor para nuestro ex presidente. Que Zapatero lo defienda tampoco debe preocuparnos. No creo que la Fernández de la Vega o Blanco o el propio Zapatero tarden muchas horas en utilizar el episodio contra Aznar, acusándole de ingratitud por sus manifestaciones pasadas o futuras sobre el actual jefe del gobierno. Éste ni por un minuto ha dejado de recordar la distancia ideológica con su predecesor en el cargo, lo que nos tranquiliza enormemente, por si pudiera haber algún tipo de confusión al respecto. Eso sí, Chávez, además de un fascista, es un maleducado que no deja hablar: hasta el rey ha perdido la paciencia y le ha tenido que decir que se callase. Muchos hemos envidiado por ello más a Juan Carlos que cuando se pasea en su yate. ¡Qué suerte tener la ocasión de cerrarle la boca a tan insufrible energúmeno!

No faltarán ahora los oportunistas que, en la estela de la simpatía popular por la reacción del rey, se pondrán las medallas de antichavistas y hasta anticastristas de toda la vida, cosa que hasta el momento venían manteniendo con absoluta discreción. Anoche se pudo ver a Xavier Sardá, en una entrevista en "La noria" de Tele 5, hacer amagos histriónicos de quemar una fotografía de Chávez (al final no lo hizo). Después, con la eficiente colaboración de Jordi González, ha vuelto a sus gracietas habituales contra Acebes, no sea que el personal se acabe desorientando.

Sospecho que el enfriamiento de las relaciones con el régimen venezolano durará mucho menos que el desencuentro con la primera democracia del mundo, felizmente zanjado por Bush en su famoso discurso titulado "Hola, ¿cómo estás?". Sardá, siempre listo, ha sabido condensar en pocos minutos el previsible desarrollo de todo ello: Explotar lo suficiente el súbito ataque de dignidad nacional, pero ni un minuto más, para volver a las andadas lo antes posible contra Aznar, Bush y todos los enemigos de Chávez que, oh casualidad, resultan ser los mismos que los de Mr. Z. ¿Qué pareja no tiene sus discusiones? Puede que no hicieran ambos mal papel en "Escenas de matrimonio", esa serie que ha conquistado a los telespectadores derrochando buen gusto y exquisito lenguaje. Más o menos como el que impera en ciertas cumbres iberoamericanas.